José Luis García Herrero
Imagine que el palabro abracadabra lo aplicamos a la Política, con mayúscula; y a los políticos, con minúscula. Quizá brote un recuerdo sumergido; un graffiti del año 1978, recién legalizado el PCE; un recorte de memoria hecho por pintamonas de ultraderecha hispana, que por esa fecha aún existía, ahora también. Decía la pintada: “Matar al cerdo de Carrillo”. Entonces había muchos anarcos por ahí, que con agudo sentido del humor sintáctico añaden una preocupante coletilla: “Carrillo, cuidado: te quieren matar al cerdo”. Aunque parece mentira, este yacente recuerdo se despertó oyendo a la señora María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, asegurar muy seria: “Tenemos un Gobierno que no está, que no se quiere dejar ayudar”. A uno se le ocurre en el siglo XXI añadir esta advertencia: “Gobierno, cuidado: te quieren ayudar”. Porque veamos, señora Cospedal, eso de que el Gobierno “no está”, así a secas, no se entiende bien, como el carro perdido de Escobar. ¿Acaso está reunido? ¿Está de viaje? ¿Está en Babia? ¿Está ido? ¿Está, pero no sabe que está? ¿Es, pero no está? ¿Está de más? Además, señora: ¿No será mejor un Gobierno que no se note demasiado, que casi no esté? Pues para figurar ya están las autonomías, competencias y sus delegaciones; y el Consejo Comarcal y lo que se tercie. También el Popular, que siempre está dando la misma murga oportunista, que si tal y cual, sin más. Por aquí, para no ser menos, está el señor Riesco, don Carlos, diputado y alcalde, que sí está, y a la vez, en todas partes de su ya centenario dominio político; lo mismo que el señor Fernández, don Eduardo. ¡Son ubicuos! Es que esté Gobierno no aprende y siempre está, pero no se sabe bien dónde.
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