Sunday, January 20, 2008

LA VIGA EN EL OJO AJENO

El Mundo/ La Crónica de León/ Viernes, 18-01-08
José Luis García Herrero
La viga en el ojo ajeno



Durante el 2007, mediante indicadores de la sociología política, traté, comenté y opiné, en ocho ó diez de 52 columnas anuales, sobre la muerte anunciada de la burbuja inmobiliaria, resultado de la voraz práctica urbanística de muchos políticos profesionales que, impasible el ademán, trasladan los beneficios especulativos del urbanismo al electoralismo populista. Tal el caso del gobierno municipal de Ponferrada y su dilecta ahijada Pongesur, al poner en el mercado un número de viviendas libres muy superior a la demanda. A ver quién explica -decía yo entonces- las 34.000 nuevas viviendas del PGOU-2007 en una población de crecimiento casi estacionario, con tasas de natalidad de sólo 1,2%. O bien la población logra más de 130.000 habitantes -hipótesis épica- o la supuesta ley de oferta y demanda importa un pimiento a los autores del espectáculo. Por eso, añadía, sólo el afán de hacer caja explica tan elevada creación de suelo urbanizable para tantos miles de nuevas viviendas de gestión privada. Lo cual, según la teoría especulativa, permite cobijar a más de 70.000 ciudadanos, que sumados a los 67.000 actuales equivale a toda la población del Bierzo, incluidos emigrantes. ¡Buen negocio, vive Dios! Pese a la amenaza de recesión inmobiliaria, hoy realidad. Sin olvidar a ‘La Rosaleda’ ni a sus 5.000 viviendas -de cuyo lugar es mejor no acordarse- donde todavía están al caer media docena de sentencias dictadas por el Tribunal Superior de Castilla y León por manifiesta ilegalidad urbanística; más un par en la Calleja del Río y Entorno de un Castillo que ahora parece de cuento de hadas. Todo ello es un señalamiento poco favorable para el equipo ‘popular’ y su instrumental Pongesur. (Ponferrada, Popular, Pongesur: qué inflación de P).
Sin embargo -o con él, tal como están las cuentas municipales- a la caída de licencias en la desinflada burbuja de La Rosaleda, el concejal de Urbanismo y consejero delegado de la tal Pongesur sólo se le ocurre calificarla: «De toma de temperatura de la situación del mercado inmobiliario». Bien, vale: ¿pasa algo? Pues sí; según el inefable, pasa que algunos, el Psoe concretamente: «Estarán altamente satisfechos porque han conseguido que la situación se deprima». Vaya por Dios de los laicos: el Pesoe también es culpable del declive inmobiliario en Ponferrada. Después de lo leído y oído no me cabe ya duda alguna: aunque independiente del susodicho partido, me declaro causante subsidiario de la crisis inmobiliaria.
Cuánto se aprende escuchando a los políticos profesionales. Cuánta prosperidad prometen con una aleve condición: que les demos nuestro voto y confianza ilimitada para unos años de empleo potencialmente indefinido. Tal vez, como define Ambrose Bierce, la política sólo sea: «Gestión de los asuntos públicos con vistas al beneficio privado». A la vista está el 9-M.

Sunday, January 13, 2008

PONIÉNDOSE LAS BOTAS

El Mundo/ La Crónica de León/ Viernes, 11-01-08
José Luis García Herrero
Poniéndose las botas

J. M. Naredo, autor de excelentes obras de urbanismo, cita en un texto presentado en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid la frase de Unamuno en “Del sentimiento trágico de la vida”: «Un mono antropoide tuvo una vez un hijo enfermo, desde el punto de vista estrictamente animal o zoológico, y esa enfermedad resultó, además de flaqueza, una ventaja para la lucha por la persistencia». El hombre acabó por ponerse vertical, dando lugar a la idea instrumental del dinero, afán de lucro y crecimiento económico ilimitado, lo cual hoy, con los potentes medios técnicos disponibles, hace que la “especie humana aparezca como patología parasitaria de la biosfera” (Naredo). Por ejemplo, un desarrollo urbanístico muy superior al crecimiento demográfico estacionario, incluso regresivo, es un fenómeno similar al proceso cancerígeno. La fuerte analogía entre ocupación territorial desmedida y el melanoma humano, Naredo lo califica de crecimiento rápido movido por el lucro; conurbación difusa y metástasis periférica; invasión y destrucción de asentamientos y edificios adyacentes. Un urbanismo predador e insolidario, que a nivel nacional, autonómico y local da lugar a que España esté a la cabeza de UE en explotación urbanística y destrucción de patrimonio inmobiliario.
En este espacio berciano de singularidades peleadas, para no ser menos, siguen empeñados en que el gobierno local es una especie de macrogestoría urbanística; y ellos, los elegidos, eficaces agentes de la propiedad inmobiliaria organizados en sociedad anónima: llámese Pongesur o cualquier otro espurio eufemismo capaz de eludir el obligado control de su condición política. Porque la ciudad no es sólo un sistema de reparto de artilugios diversos, mobiliario pretencioso y necesidades reales o creadas gracias al truco de compra-venta, plusvalías y beneficios repartidos golpe a golpe -dudosamente normativo- de un incesante y especulativo ‘do ut des’ de patrimonio público; la ciudad es mucho más que una partida de juego electoral. Los efectos de esa política urbanística pueden dar buena renta electoral, pero el resultado a medio plazo será una pesada carga económica para el mantenimiento de la ciudad, además de aumentar la discriminación suburbana.
Como bien anotaba Petra Portela el pasado domingo, ‘quizá Mass decida apretar el acelerador e instar la clarificación de todos y cada uno de los apaños urbanísticos de un alcalde sujeto a sospechas, empeñado en ser diputado para blindarse ante previsibles incidencias judiciales’. Antonio Gala, para evitar la desvergüenza inmobiliaria, propone la “demolición inmediata de construcciones ilegales, caiga quien caiga; disolución de ayuntamientos culpables, castigo como prevaricador a quien vote o informe favorablemente planes y proyectos ilegales’. Hale, manos a la obra.

LOS REYES DE LA FIESTA

El Mundo/La Crónica de León/ Viernes, 04-01-08
José Luis García Herrero
Los reyes de la fiesta

De pronto me acuerdo de los reyes, que no de la república ni de un tal Sarkozy: el de la francesa revolución y espléndidos amores. Pero como los Reyes del recuerdo son Magos en competencia comercial con Santa Claus y con Papá Noel, más o menos intercambiables desde el siglo XVII a hoy, veamos qué dicen los libros mágicos. Pues que los holandeses se llevaron a América sus mitos, entre otros a Santa Claus; que de allí pasó a Francia, donde se fundió en Papá Noel. En fin, que los Reyes son de Oriente, Santa Claus del Polo Norte y Papá Noel de Finlandia. Por eso todos son tres en uno a la vez, como el mágico aceite, los mosqueteros de Dumas y la Santa Trinidad. Para los incrédulos y con Pirandello, también pueden ser todos unidos: uno, ninguno y cien mil; lo cual explica perfectamente su don de ubicuidad. Además, según se cuenta, si los niños y menos niños se portan mal, será el duende Carbonilla quién les traerá carbón. Por ejemplo mañana, noche de buenos y malos chicos, de regalos o carbón: noche de los tres magos.
Por aquello de Finlandia, y no por los pelos, asocio esto con una rápida ojeada al informe internacional PISA-2006, que mide competencias en ciencias, matemáticas y lectura sobre una población de 375.000 alumnos de 15 años en 56 países. En España participaron unos 20.000 alumnos y casi 700 colegios e institutos de Secundaria. El resultado, mediocre: de 30 países, España ocupa el lugar 23 en compresión de lectura; el 24 en cultura matemática; el 22 en científica; siendo Finlandia el número uno en lectura y matemáticas; el dos en científica. Este breve apunte merece una pregunta: ¿qué pasaría si nuestro País tuviera la forma y contenidos educativos de Finlandia? A saber. Según datos publicados, el 95% de los centros educativos de Finlandia son públicos. Los libros de texto, material escolar y hasta el autobús son gratis. En la cafetería del Centro la comida es gratis y nutritiva. La educación personal, desde la guardería hasta la universidad, cuesta al Estado 200.000 euros. Todos tienen las mismas oportunidades y materias en todo el País. Las clases son de unos 45 minutos, muy intensas y participativas. Hay un ordenador por cada dos alumnos. Se cuida el material escolar, que es sufragado por el municipio. Ni una pintada ni un garabato en los Centros. No llevan uniforme, pero tienen que ir bien vestidos y aseados. Si algún alumno tiene problemas, se le asigna un profesor de apoyo. No hay repetidores. Se estimula el razonamiento crítico antes que la memorización. Lo normal es que un adolescente termine Secundaria con excelentes notas, hablando un perfecto inglés y leyendo un libro a la semana. El maestro es una profesión de gran prestigio y respeto social.
Después de este veloz repaso finlandés, uno empieza a creer a pies juntillas en los Reyes Magos, en Santa Claus, en Papá Noel y, desde luego, en Carbonilla. Por lo menos.

SOLSTICIO DE INVIERNO

El Mundo/ La Crónica de León/ Viernes, 28-12-07
José Luis García Herrero
Solsticio de invierno

Una, dos y tres: se acaba otro año, a la vez que el acervo de los recuerdos y el contorno del aire de la gente familiar y amiga se diluye al son triste de los calendarios agotados. Parece que el mundo se hace más pequeño, que los días pasan rápidos haciendo trampas al tiempo con absurdos buenos deseos al prójimo, el cual se mira estupefacto por tanta felicidad propia en medio de la pobreza inmensa de todos los excluidos de la gran tarta con derecho reservado de admisión. Cómo entender tanto despilfarro, comilona y bebercio, tanto insufrible cántico sin poema, tanta matanza de inocentes animales cuanto más tiernos mejor: cochinillos o corderos, faisanes o pavos, capones o conejos, qué más da en la gran fiesta celebrativa de nadie sabe bien qué efemérides, qué sacrificio ritual, qué juerga, qué paladar sin alma rellenar. Tiempo de satisfacción donde casi nada encaja. Así, por información estadística se sabe -en números redondos- que dentro de una España fragmentada por nacionalismos supuestamente democráticos y falsas identidades históricas e insolidarias, se dan al unísono dos variables aparentemente antagónicas. Por ejemplo, que es cada vez mayor el número de personas de 65 y más años respecto del conjunto de la población total (o sea, más del 20%, unos ocho millones) que están al margen del sistema productivo. Que Castilla y León, es una de las comunidades autónomas más envejecidas, y al mismo tiempo y en parecidos porcentajes la que presenta las más altas tasas de umbral de pobreza, cuando no de absoluta marginación social. Todo lo cual coincide, quién sabe su rara lógica interna, con la alta correlación del compulsivo gasto (cercano a unos 3.000 millones de euros) en el sorteo recaudatorio de la lotería de Navidad. Estudios y comparanzas a repartir entre la biología, la economía, la sociología y sus derivaciones demográficas y políticas.
El gran poeta civil Manuel Curros Enríquez, con una mezcla decimonónica de ingenuidad y perspicacia gallega, afirma en su poema ‘N-a chegada á Ourense d’a primeira locomotora’ que la «máquena é ò Cristo d’os tempos modernos», pues por donde pasa fecunda los terrenos, despiertan los hombres y «tras d’ela non veñen abades nin cregos; mais ven a fartura ¡y-a luz y-o progreso!» Sin embargo, como pinta mejor con Curros, enseguida me acordé «d’os que non comen, d’os que non ríen e non gozan». Todos ellos al margen de un conocido consejo popular: «Vida honesta y arreglada / tomar muy pocos remedios / y poner todos los medios / de no alterarse por nada». Falta saber cómo seguir esos consejos sin morir antes de tiempo de vejez, éxito o aburrimiento.
Ante el disputado vuelo rasante del AVE, cual resucitado Plan Marshall sobre peculiares ‘aires d’a nosa terra’, uno piensa cabizbajo si no habrá que recordar aquello que Curros atribuye a Dios: «S’eu fixen tal mundo, que ò demo me leve».

LA ÚLTIMA HOJA

El Mundo/ La Crónica de León/Viernes, 21-12-07
José Luis García herrero

La última hoja

Ahí esta, como todos los años, el mes de diciembre, el puñetero mes de diciembre, el insoportable, cuando el común de la gente aún no se ha recuperado del dispendioso verano; ni de los hijos, el colegio, la universidad; del IRPF y su segundo plazo; del IBI, el catastral, el IPC, la hipoteca…Este atracador mes es recibido, no obstante, con una tanda de inventos sacados de la manga de los seres humanos. Empieza el muy ladino metiéndose en el día 6, Fiesta de la Constitución; en el 8, La Inmaculada -se refiere sólo a la Virgen- y en un pispás de sábados y domingos llega el 24 y el 25 para dorar la píldora del inocente 28 y la traca del 31. A ver si resulta -escribe el columnista heredero de Umbral- que diciembre es el “mes del terror y del consumo, del funesto ternurismo, de esas bombillas que los alcaldes se podían meter en los huevos”. Por ejemplo, digo: los nueve millones de lámparas que alumbran Madrid y su más de medio millón de pobres, un suponer. El mes de esa plaga de monigotes con saco a la espalda, que no se sabe si entran o salen despavoridos de las casas. Por eso diciembre es mes de los aniversarios equivocados, aunque sean celebraciones de tomo y lomo. Porque diciembre es una fiesta para recontar cuántos ya no volverán por Navidad.
También ha sido el mes de la ‘Cumbre del Clima’, donde 187 gerifaltes de países y miles de delegados y periodistas del mundo en crisis ambiental se han reunido en Bali, que está ahí al lado, para una vez ninguneado Kioto tratar de alumbrar otro muerto anunciado: una ‘Hoja de Ruta’ que fije cuando reunirse de nuevo, tratar del cambio climático, cómo secuestrar el CO2 y cómo enterrarlo con todos los honores antes de que la Tierra se derrita como un polo puesto al sol que más calienta. Lo advirtió algo cabreado un país de los pobres de solemnidad llamado Papúa Nueva Guinea: “Ya que no quieren combatir el cambio climático, quítense del camino para que los demás podamos hacer el recorrido”. Quizá se refería al mayor contaminador del Planeta, tal que USA.
Como estamos en el mes de la abundancia consumista para unos pocos desarrollados, aprovecho para comentar una excelente publicación sobre suficiencia y sostenibilidad editada por Icaria. Sus tres autores, los investigadores Linz, Riechmann y Sempere, plantean con rigor la posibilidad, acaso necesidad perentoria, de “vivir bien con menos”, de disfrutar de una buena vida reduciendo a la vez el consumo de bienes y servicios, de energía y materiales. El objetivo sería pasar de condicionados y compulsivos consumidores a responsables ciudadanos. Lo explica así uno de sus autores: “No solo para no transgredir límites ecológicos básicos, sino para respetar el espacio del otro, para dejar existir al otro”. Para entender el cambio climático en términos de ética social; el cambio hacia una sociedad más austera y suficiente. Y para que no nos hagan la pascua.