Saturday, September 29, 2012

...Ahora quiero vivir.
Ángel González
No sé yo,
Ángel González, si acaso
merece la pena sobrevivir
entre ayes,
nostalgias y decadencias,
un rato más.

No sé yo
si es mejor o peor no estar que estar,
vivir sin vivir ensimismado
en cámara oscura,
y jugar con trampa y cartón
a nada por aquí, nada por allá.

José Luis García Herrero, Agenda de los Signos 

Thursday, September 20, 2012

A SALVO DEL OLVIDO

Ayer, 19-09-2012, hizo dos meses que falleció el escritor y sociólogo José Luis García Herrero. En nuestro recuerdo está a salvo del olvido.

 

Tuesday, September 11, 2012

Sin saber si aún es pronto o demasido tarde

Título: La agenda de los signos/ Autor: José Luis García Herrero/ Poesía Hontanar, 2010/ nº de páginas:102/ ISBN:978-84-92676-17-0/ PVP: 15€

Cuando me propongo presentar el nuevo libro de José Luis García Herrero, Agenda de los signos, me viene a la memoria la lectura que hice en su día de sus dos libros anteriores Yotuel. El contorno del aire (2006) y Palabras contenidas (2008), sencillamente porque en toda su poesía se capta una unidad esencial, cifrada en el interés por el hombre en su condición temporal y social y en el desinterés por los adornos formales más o menos superfluos. Los poemas atienden a cuestiones esenciales desde una actitud reflexiva, lo que produce evidente densidad conceptual a la que acompaña un profundo latido de humanidad. Estas características se condensan, si cabe, en el nuevo poemario, con ese título que alude a los signos del vivir y del morir, a la relación de temas en connivencia con el transcurso temporal del ser humano, del ser doliente, porque desde el primero de los poemas entrevemos un tono vitalmente desengañado y un sentimiento amargo de lo inevitable “sin saber si aún es pronto o demasiado tarde”. Cada poema viene a ser como un golpe seco que percute en el ánimo del lector; y eso se debe en buena parte a dos hechos: por un lado a que los poemas reafirman una verdad palpable, como es la condición pasajera del hombre; por otro, a la contundencia con que se expresa “el paso implacable de las horas”, “la extraña agonía de la vida que pasa”, una contundencia que llega desde la brevedad y la concisión, desde la gravedad y la locución escueta.
En relación con el tema principal y en la misma dirección, en el poemario de García Herrero aparecen otros motivos, como la vejez, la memoria o la imagen del hombre viajero por la vida. Del sentimiento y la vivencia de la vejez brotan los dos poemas más desencajados. Contra la tradición que hace de la vejez un pozo de experiencia y sabiduría, García Herrero habla de ella como “estúpido tesoro, / hendidura, grieta”, “amago de la nada” y “sanguijuela voraz de la existencia”. Ocurre que en el poeta anida un fondo crítico que le lleva a la no fácil aceptación de lo dado. De ahí que en sus reflexiones poéticas sobre la memoria, los recuerdos no sean el ámbito pacífico y apacible con que se nos suelen pintar, sino losa, piedra pesada, “voraz incendio interminable”. La memoria es algo personal, pero alienta además en el poeta una memoria que podríamos llamar histórica y civil, una memoria que no olvida infamias, venganzas y muertes (relacionadas básicamente con la guerra civil). Otro motivo que implica a varios de los poemas de Agenda de los signos es el del hombre viajero, con una gama de significados que aporta la tradición, a la que el poeta hace su propia contribución. La imagen del hombre viajero por la vida es muy fecunda porque supone espacios “donde siempre estuve” y “donde jamás estuve”, además de retornos y otros sueños derivados de la imaginación y el deseo. Entre los distintos motivos que vengo tratando no quisiera olvidarme de los poemas en los que el sujeto establece un diálogo aparente con tres sombras, tres poetas desaparecidos en un tiempo relativamente reciente, caso de Ángel González, ante quien plantea la duda de “si es mejor o peor no estar que estar”, Mario Benedetti, al que consuela porque “sigue latiendo el mensaje / de tu historia / y desexilio”, y Crémer, hombre “de acero inoxidable”, “joven centenario” que partió “después de un largo viaje / por el espacio ácrata de las letras de molde”.
El libro termina con treinta haikus, género no nuevo en García Herrero, que lo había practicado ya en Palabras contenidas. El haiku está hoy más o menos de moda (si de tal puede hablarse en poesía) y acaso responda, como el microrrelato (otra práctica acaso duradera), a la ajetreada vida contemporánea, sin tiempo para adentrarse en más longuras ni profundidades. El haiku es una chispa en el viento, una intuición, un guiño, una sutileza, un brochazo de lirismo que se cierra con este golpe de azada en tierra: “Punto final / del currículum vitae: / descanse en paz”.
En general puede decirse que Agenda de los signos reúne un haz de poemas resueltos como reflexiones escuetas movidas por un mismo sentimiento amargo ante la fugacidad de la vida y el horizonte mortal del hombre. No es algo nuevo en la poesía de García Herrero, pero los signos de la derrota son, si cabe, más amargos.




José Enrique Martínez
Prólogo libro Agenda de los Signos





HA VENIDO


Ha venido la tarde cenicienta de pronto.

Precursora temprana de las noches heladas,
a contar en voz baja el misterio presente,
a quemar las luciérnagas recién resucitadas,
a sepultar los soles de la oscura memoria.

Ha llegado despacio por la puerta trasera.

Ha venido la tarde detrás de los cristales,
cuando el tiempo hace trampas y el calor envejece,
cuando el alma agrietada se escapa por la esquina
de un reloj electrónico y una antigua clepsidra.

Ha llegado la tarde, ha venido despacio.

Trayendo en su equipaje la chatarra oxidada
del metal y la arena, resplandor y tiniebla,
entre brumas y luces de la vida que pasa
del pasado al presente, del mañana a la nada.

Sin saber si aún es pronto o demasiado tarde.





HOMENAJE A JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERO

CUANDO SE NOS QUEBRÓ LA TRAMA


A José Luis y a Amparo.
Sembrando, cardando y devanando, juvenilmente,
tejiste y destejiste, al amparo suave de la brisa,
la madeja polifacética de tu palabra.


Tan frágil y cruel, delicada y fiera, como un filo, se te encaró la vida.
Era tu hilo tan fino, seda u oro, lino o lana, qué importa ahora, que
a diario lo lanzabas del vacío a la cumbre, del infinito a la nada,
rebelde tejedor de sueños, en busca de dialécticas batallas.


Pero el día llegó en que el hombre no acertó a enhebrar la aguja para
seguir remendando la urbe con atisbos de profética mirada.
Por el suelo quedaron, al desamparo, el telar y la musa,
cuando el hades rasgó sereno los sellos de la trama.


Retomaré la rueca, se dijo ella, rehilaré mis versos,
encenderé el fuego, y apagaré mis lágrimas,
ahora que un otoño multicolor se viene,
entintado de aromas y nostalgias.


Eugenio González Núñez
08/09/2012


Monday, September 10, 2012

PALABRAS CONTENIDAS

Anotación sobre el poemario PALABRAS CONTENIDAS




Es este, a su modo y manera, un libro más de poemas. Estructurado en cinco partes, cinco espacios singulares, intenta que el conjunto transmita idéntico mensaje e inquietudes, preguntas sin respuesta, semejantes acordes y semblanzas. Al mismo tiempo, que las palabras, digan lo que digan o interprete el lector, guarden la deseada intimidad.
Palabras resultado de la experiencia, de la sorpresa, de ese intento de acercarse a las claves de la existencia. Palabras enjauladas en angostos límites, como pretende expresar el ambiguo título. Palabras contenidas, palabras disimuladas, diluidas, enhebrando la sutil esencia de cada una para que no se desnude demasiado en medio de las tormentas personales. Consciente de que es inútil aceptar o rechazar la trayectoria humana, tantas veces confundida, sorprendida, desolada, irritada ante el misterio.
De todos modos, y a pesar de todo, espero que la delgada atmósfera que impregnan los poemas, imágenes y metáforas llegue hasta el lector lo más fiel posible; aunque como dijo el gran poeta Ángel González: «Todo poema es, al menos en parte, un fracaso». Por eso, una vez dibujado cada signo, este libro termina siendo, inevitablemente, estratos expresivos de un mismo paisaje interior y exterior, anverso y reverso del mismo espejo.
Porque la palabra, cada palabra, es crepúsculo y es aurora.



J.L. García Herrero







Título: Palabras contenidas/ Poesía Hontanar, 2008/ autor: José Luis García Herrero / páginas:101/ ISBN: 978-84-95728-74-4/ PVP: 15€


EL HOMBRE DEL PARAGUAS

Caen las aguas a cántaros feroces,
son un río las calles anegadas,
y hay un hombre
debajo de un paraguas.

Es un viejo de mil años de vidas y muertes
a su espalda
que camina encorvado, lentamente,
agarrado a un paraguas.

No cesan de llover airadas sombras negras,
ásperos vientos,
lágrimas al revés,
voz de la lluvia, poema de la Tierra,
sobre el hombre más viejo y agotado
del mundo y su paraguas.