Sunday, April 20, 2008

LA BOLSA Y LA VIDA

La Crónica/Viernes, 18-04-08
José Lúis García Herrero

Desde hace como unos diez años se veía venir la crisis. Porque la vida de los mercados de valores se mueve siempre entre la idea y creencia de que valen hoy más que ayer, pero menos que mañana. A pesar de que el patio de Monipodio de la Bolsa esté al margen del valor real de las empresas, y lleve en su belicoso juego el recurrente peligro de la burbuja financiera, que al desinflarse amenaza al conjunto de la sociedad con crisis económica y bancaria, incremento de precios, desempleo, inflación. Todo lo cual afecta singularmente a las clases sociales con menos recursos, ya que los del patio aquel blindan antes sus retribuciones en niveles astronómicos, y una vez repletas sus alforjas y puestas a salvo, abandonan el barco como las ratas. Saben que la amenaza a la que tiene que hacer frente el neoliberalismo ya no parte del proletariado, sino de la tendencia del sistema a la desigualdad y chanchullo, pues crisis y especulación se reconstruyen a sí mismas con su propio impulso. Es fácil poner nombres y cifras y ejemplos muy cercanos.
Para vislumbrar en su más sombría dimensión parte de lo que está pasando en los mercados del dinero y del trabajo, es preciso dedicar un tiempo de la vida en vilo a evocar, entre otros: El capital financiero, de Hilferding. Breve historia de la euforia financiera, de Galbraith. El pinchazo de la burbuja financiera, de Martín Seco. Lo cual se glosa en esta breve columna, que termina hoy con una sutil metáfora del primero: ‘El capital industrial es el Dios Padre que ha dejado como Dios Hijo al capital comercial y bancario; y el capital monetario es el Espíritu Santo; son tres, pero uno sólo en el capital financiero’. Lo sabía bien Quevedo.

‘A XUSTICIA POL-A MAN’

La Crónica/ Viernes, 11-04-08
José Luis García Herrero

Varias columnas de Hércules -dóricas, jónicas, corintias o ni fu ni fa- harían falta para completar la lista de escándalos judiciales, demoras, triquiñuelas procesales y políticas que adornan la frente marchita de una torpedeada democracia de solisombras chinescas y estampas machadianas. Donde la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial es tan débil que no se percibe; donde el tiempo ha pasado poniendo a Maquiavelo sobre la tumba de Montesquieu: cual sentenció el autor de la guerrera y epitáfica frase. Unos, más finos, dicen que cuando la Justicia es lenta, no es justicia ni nada. Algunos recuerdan la maldición gitana de ‘pleitos tengas’. Otros, con más salero andalucista, que la Justicia es un cachondeo. Y como el orden de factores no altera el producto, el resultado está a la vista: ni rápida, justa, equitativa ni reparadora. Singularmente en el caso de una criatura asesinada, ya sin María ni Luz. Además de las trapacerías financieras y urbanísticas resueltas a la inversa: medalla, posición social y pasta gansa incluidas.
Como el Bierzo no es la quinta provincia gallega, pero sí su prima hermana, el título de la columna remite a un durísimo poema de Rosalía acerca de la Justicia que algunos han calificado cual queda dicho. Rosalía dice en sus versos: ‘-Salvádeme, ¡ou xuaces!, berrey. ¡Tolería! / De min se mofaron, vendeum a xusticia. / -Bon Dios, axudaime, berrey, berrey inda. / Tan alto qu´estaba, bon Dios non m´oira’. También Curros Enríquez, en su libro ‘Aires d´a miña terra’, estos sugerentes versos: ‘A Xusticia andivo tola / precurando o delincuente’. No cabe duda alguna: Dios y la Justicia tienen puestas sus preferencias en España.

AHORA CON 1705

La Crónica/ Viernes 4-04-08
José Luis García Herrero

No más de mil setecientos cinco caracteres, signos, espacios -o como se llame esa simbología- ha de contener la columna para tejer el tapiz de contar cosas; para opinar del paisaje humano más cercano o lejano; para hacer juegos malabares con el cóctel de nombres, adjetivos, verbos, incluso interjecciones; y con el punto, la coma, los dos puntos, comillas, paréntesis, acentos, admiraciones, interrogaciones. Todo ello son habas contadas que configuran lo políticamente correcto o no, en el marco del nuevo diseño de LA CRÓNICA. Porque el histórico diario que VUELVE A NACER ya tiene cuatro días haciendo camino al andar: dijo el poeta de los españolitos guarde el dios de cada cual, que siempre hace falta, por si acaso. Y no crean ustedes que el asunto -o sea, la columna- por más breve es mejor: tal vez, quien sabe. Depende de las anfibologías, los retruécanos, la metamorfosis, lo metafórico, lo epigramático y hasta de lo perifrástico. Por eso estuve en un trís de cambiar el epígrafe EN ESTE PAÍS, que como todos -y todas- saben fue de Mariano José de Larra hasta que se lo birlé en un despiste, por otro del mismo escritor y periodista madrileño. Por ejemplo: Casa de huéspedes, Baile de máscaras. Vuelva usted mañana. Empeños y desempeños, Niporesas, Las circunstancias. Pero no, me dije, será mejor dejar el habitual, más sugerente, con más chamba, que vale para todos los gustos y disgustos patrióticos, afiliaciones, aficiones y aflicciones: sean excluyentes, integrables, polimorfas, singulares, plurales, grandes o normalitas. Así que, mal imitando a Quevedo, digo: ‘Ya estoy en el final, y aun sospecho / que voy más de mil signos acabando; / contad si setecientos, y está hecho’. Así sea.