Wednesday, September 29, 2010

El vaivén sociopolítico


La Crónica de León/ 27-09-10
José Luis García Herrero


Vamos a suponer que la Huelga General del día veintinueve pasa, y no pasa nada; y que este agobiado País sigue igual, con la crisis a cuestas y una Reforma Laboral urdida desde la teórica izquierda por encargo subyacente de la efectiva derecha que después, con las manos en la masa, continuará su amenazante andar sólo sobre las espaldas trabajadas de históricos obreros y no menos históricos funcionarios. Sin olvidar el sistema de pensiones (adiós Toledo, adiós), ni la confusa relación biunívoca entre cursos de formación “ad hoc” con empleo o, en caso de no poder aceptar la formación impuesta, los parados -número que en lugar de disminuir sigue en dramático incremento- han de elegir entre una formación a la fuerza o retirada ipso facto de un fugaz subsidio: trampa saducea que con ardor guerrista defiende Matilde Fernández, la cual uno creía cómodamente retirada de la estructura ejecutiva socialista, pero no, pues como todo socialdemócrata apto para el disfrute electoral, resulta que sigue ejerciendo, ahora en la Comunidad de Madrid, más o menos a la vera de Esperanza Aguirre y su ineficaz oposición.
Y vamos a suponer, repito, que la HG surte efecto sobre la primera parte contratante de la segunda parte del PSOE; y que en lugar de avanzar hacía una izquierda moderada se retrocede hacía una derecha que espera impaciente su turno sin programa diferente al de su adversario, que de tan parecidos parecen gemelos univitelinos. Y supuesto esto y aquello, ¿qué pasará? Nada, que unos van y otros vienen en este peculiar vaivén sociopolítico de hoy por mí mañana por ti: todo sea por la Patria, esa cosa difusa que yace troceada en diecisiete comunidades más dos de propina. Entonces, muchas gracias señor Zapatero que usted lo pase bien, esté donde esté, con el premio constante, sonante y vitalicio por los servicios prestados a la derechona hispana, la cual, entre carcajada y astuta sonrisa cómplice, pretende llamarse, a ver si cuela, partido de los trabajadores (Cospedal dixist), Secretaria General y número dos del PP globalizante y globalizado; en realidad, como todo el mundo sabe, partido de los de siempre, según mandan los amos del asunto, nada menos que el gran capital, la gran banca y los patronos del mercado mundial.
Quizá ya son todos más o menos parte de lo mismo, en lugar de gestores de una economía solidaria, condición básica para el progreso social y la esfera familiar.

Saturday, September 18, 2010

LA FIESTA TERMINÓ

La Crónica de León/14-09-10
José Luis García Herrero

Ahora que todos los adultos tienen un año más, o demás, regresan a bombo, bombazo y platillo las fiestas patronales repartidas por los rincones de la España zaragatera, triste o alegre, siempre en honor de santo o santa, sin saber bien qué pintan los divinos en medio de tanta botella, botellón y botillo, venga o no a cuento del festejo que se celebre. Quizá por ello lo que empieza siendo fiesta religiosa, termina como el rosario de la aurora, pero en laico, ya que esto de las fiestas llamadas populares, tiene su origen en una frase atribuida a León de Arroyal: “Haya pan y haya toros, y más que no haya otra cosa”. Incluso Miguel de Unamuno en 1895 lo recoge en su libro “En torno al casticismo”. Y a mediados del siglo XX revive como “pan y fútbol” a causa de la utilización que hizo el franquismo de este deporte como canalizador de inquietudes sociales. Por eso, aunque estas paráfrasis no tienen relación con el incompleto texto de Marx cuando define la religión como el “opio del pueblo”, una vez metidos en paráfrasis más o menos exactas, resulta que en toda fiesta patronal lo mismo aparecen en escena evocaciones de la Edad Media, templarios de pacotilla, toros embolados o alanceados, aunque esto, gracias a dios, no se produce en el Bierzo, pero sí el evento patronal que se repite imperturbable año tras año, revuelto entre mitras, procesiones y pasodobles estilo Valderrama, Escobar y otros virtuosos de la música clásica y celestial.
Toda esta charanga que forma parte de la cosa patronal, me ha hecho recordar una columna metafórica de Francisco Umbral sobre la España de la rabia y de la idea, que no termina de alborear aunque anochezca cada día. Por eso, Umbral le cantó las cuarenta al Mariscal de Cobi; otro día cualquiera a los turbios orígenes de “una libertad mal entendida, de unas botellas vacías y unas bragas olvidadas”, de una juventud de quince a veinte años que está “perdiendo su divino tesoro con un botellón de inefable bebida al sol naciente de los sábados en la puta calle”. Juventud, precisa Umbral, “ganada demagógicamente mediante el porro, el aprobado fácil, libertad de bragueta y de reloj”. Cito, con comillas, a Umbral en un día de prensa con portada del banquero Conde en Alcalá Meco: buen lugar vacacional para tipos de pelotazo, jaguar y ‘honoris causa’. Y ahora, mientras la ciudad descansa del vendaval fiestero, digo con Krahe, de allá por 1983: “Me gustan las fiestas del lugar, los cohetes que hacen ¡pum!, hacen ¡pam!... a mí plím los demás.” O sea.