Sunday, January 10, 2010

EL MODELO BOVINO DE LA VIDA

La Crónica de León/5-1-2010
José Luis García Herrero

Hay un proceso que afecta a la sociedad humana cuando pasa de una situación de altas tasas de fecundidad y mortalidad, a otra definida por la caída de la tasa de fecundidad y la negativa de la gente a morirse en el momento oportuno. Entonces suele aparecer la neoeconomía política globalizada y dice con cara de asustar: “Si la gente tarda en morirse será la ruina del sistema público de pensiones”.
A propósito de esto, no está de más recordar una ácida ponencia de la psicóloga francesa, Levet-Gautrat, calificando como ‘modelo bovino de la vida’ una estructura social que divide la vida laboral en tres tercios: uno para acumular el mayor número posible de conocimientos y destrezas (cuantos más tengas, más valdrás). El segundo sólo para trabajar (lo que no consigas antes de los cuarenta años ya no lo tendrás). El último tercio sería el de una vaca rumiante contemplando, con mirada ausente, cómo pasa el tren de la vida. Un estado que no casualmente dicen retiro o jubilación (¿jubilosa?). División casi institucionalizada por la moda de prejubilaciones alrededor de los 50 años, mediante torticeras figuras pseudojurídicas tituladas expedientes de regulación de empleo (EREs), lo cual sólo ha servido para crear una clase en tierra de nadie: ni jubilado ni parado. Experimento que erosiona el sistema financiero de protección y previsión social. Porque la reducción de plantillas mediante el torpe recurso de las prejubilaciones, forzosas en la práctica, es una medida más de una ideología que busca destruir el sistema público de seguridad social, a pesar de ser derecho garantizado por el artículo 50 de la Constitución. La misma idea que reduce el estado de derecho a una función de gendarme y aparato jurídico vagamente democrático.
Hoy está claro: el truco de las prejubilaciones no es la solución al paro, que debe resolverse por otros medios. Pues si a los efectos anotados al principio sumamos el golpe de las falsas jubilaciones, el sistema financiero de la seguridad social estará en peligro. A no ser que se transforme toda la superestructura de intereses y dominio económico en una nueva economía que evite el incremento de la corrupción. En fin, que en este 2010 “la imaginación liberal se encuentra más o menos a sus anchas con el discurso múltiple de las incertidumbres”, como bien me recordó un amigo, y dijo Steiner.