Sunday, February 25, 2007

SINERGIA SIN ENERGÍA

El Mundo/La Crónica de León/ 23-02-2007
SINERGIA SIN ENERGÍA
José Luis García Herrero
Siempre es tarde si la dicha no es buena. Así pasa con el llamado Casco Histórico o simplemente casco viejo, según se mire y mida el paisaje urbano de la Ponferrada alta, antigua y señorial. Pues a pesar del plan especial y supuesta rehabilitación integral de los PECA y ARI su recuperación sigue estancada. Ya que la revitalización funcional de lo histórico exige la conjunción armónica de su estructura singular con las complejas relaciones de instituciones, vecinos, propietarios, comerciantes, turismo…Por eso no basta con el simplón maquillaje de colorines, granitos, chirimbolos y trampantojos pronto a mal envejecer, si a la par no se desarrolla un urbanismo participativo de calidad y sinergias capaces de mantener el conjunto engranado con lo nuevo.
Por si fuera poco el tradicional abandono (ahí están, entre otras, la calle Obispo Osmundo y alrededores, la Plaza Tierno Galván…y el ruido, las pintadas, el descuido general de la obra hecha y la desidia en lo por hacer) resulta que la Junta, Ayuntamiento y Consejo Comarcal al alimón se fabrican a su aire institucional un soberbio (de soberbia) edificio para albergar a sus funcionarios, empleados, agregados e innominados: total, sólo unos 400. ¿Dónde? Amables y a veces estupefactos ciudadanos: en ¡La Rosaleda! Sí, ahí, en ese lugar, de cuya geografía es mejor no acordarse, todavía pendiente de sentencias por manifiesta ilegalidad urbanística dictadas por el Tribunal Superior de Castilla y León: que no una, sino varias, además de un par más en la Calleja del Río y otros señalamientos desfavorables para el equipo ‘popular’ y su instrumental y privada Pongesur. Pues en lugar de revitalizar la función del centro histórico como lugar de encuentro, de un estilo de gobierno capaz de conocer y canalizar la propuesta ciudadana e impulsar programas de acción que fomenten la sinergia en ese espacio singular, trasladan funcional y operativamente la principal institución municipal al lado mismo del macrocentro comercial. Está claro que esa tripleta malogra la recuperación integral de un centro histórico que es algo más que conjunto de edificios y monumentos de mayor o menor valor. Tampoco la falsa moda de peatonalizar resuelve nada, ni restringir el necesario transito de vehículos significa imposibilitar, porque el coche debe ser compatible con la presencia peatonal adecuada e inteligentemente organizada.
En fin, comerciantes, vecinos, gentes de paso y buen vivir, tranquilos: los siempre atentos con el bienestar del Casco Histórico os pondrán esta Semana Santa un par de carpas para oficios religiosos en la Plaza del Ayuntamiento. A ver si acaso se produce algún milagro eclesial-mercantil y el barrio antiguo y señorial, el Pueblo padre de la Puebla recobra su papel de vida urbana en plenitud institucional, comercial, ciudadana, lúdica y pagana. Amén.

EL BURRO COMO PRETEXTO

El Mundo/ La Crónica de León/ 16-02-2007
EL BURRO COMO PRETEXTO
José Luis García Herrero

En esta España de las mil caras, burro no hay más que uno. No piensen mal, me refiero al ‘Equus Asinus’: ese pequeño animal de grandes orejas que hasta hace poco se veía trabajado y trabajando en los pueblos. Hay más de uno: reseña el Catálogo Oficial de razas hispánicas: Andaluza; Balear-Mallorquín; Catalana; Encartaciones-Vizcaya; Majorera; Zamorano-Leonesa. Todos ellos a punto de extinción: de más de un millón censados, sólo quedan unos mil. Menos mal que la Asociación para la Defensa del Burro pretende protegerlo en la reserva natural de Rute (Córdoba). Por cierto, dos grandes de las letras españolas, Rafael Alberti y Camilo José Cela, fueron nombrados por esa asociación ‘Arrieros de Honor’, regalando un burro llamado Carabina a Alberti y una burra llamada Golondrina a Cela. La Biblia también cuenta que María hizo el camino de Nazareth a Belén montada en un burro. Otra historia de dioses dice que el burro fue símbolo del griego Dionisio y del egipcio Ra. En Usa, más visuales y sugerentes, el burro representa al partido Demócrata y el elefante al Republicano. Por aquí, unívocamente, la cosa se queda en rosa y gaviota. Pero el burro más amorosamente conocido se llama Platero: «Platero es pequeño, peludo y suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro»: escribe Juan Ramón Jiménez. Después supe de otros burros, aunque nunca entendí el porqué de su mala reputación de terquedad y torpeza: son inteligentes, amistosos y juguetones, como en las páginas de Platero y yo.
Viene a cuento de un título de prensa que no puede ser más expresivo: “Quedan pocos y se los comen”. Y un subtítulo: “¡Menuda burrada!”. Porque en Sort, pueblo de Lleida famoso por su Bruixa lotera, la sociedad gastronómica ‘La Xicola’, para recuperar la tradicional ‘Festa del Ruc’ en la comarca del Pallars, organizó estos días una cena para 400 comensales: donde se sacrificaron, cocinaron y devoraron dos ejemplares macho del ‘guará catalá’. El cartel de fiesta ponía: “Si eres una de aquellas personas que lleva el burro catalán dentro, haz que tu sueño se haga realidad: cómetelo”. Un símbolo de Cataluña, una especie protegida de la que “sólo quedan 300 ejemplares, un animal que durante siglos ha sido compañero de trabajo del hombre en el campo y transporte”: denuncia Ecologistas en Acción. Un simpático icono que diseñó Eloi Alegre para una organización de defensa del burro catalán. Por eso, como en el verso de Gloria Fuertes: «No llamar burro al burro, llamarle ayudante del hombre o llamarle persona». Añado: mejor no llamar persona al comensal de esa burrada. Escrito está en el artículo 11 de los Derechos del Animal: «Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, un crimen contra la vida». Buen provecho.

LAS EDADES DE GAIA

El Mundo/La Crónica de León/ 9-02-2007
LAS EDADES DE GAIA
José Luis García Herrero

El Informe al Club de Roma 1972, ‘Los Límites del Crecimiento’, dirigido por D.L. Meadows, dice: ‘Hacia mediados del siglo XXI, según varias hipótesis será necesario haber logrado un equilibrio que permita sostener la población en condiciones de vida estables; de lo contrario existe el riesgo de un colapso de consecuencias incalculables’. El Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), realizado 35 años después por unos 2.500 científicos y el patrocinio de Naciones Unidas, anota la falta de equilibrio y los efectos de la actividad humana sobre el clima. El calentamiento del planeta ya no puede ser evitado, aunque se eliminasen todas las emisiones de efecto invernadero los cambios durarán siglos. A finales de este XXI, olas de calor, deshielo del Polo Norte, subida del nivel del mar, sequías, huracanes, escasez de agua potable, malas cosechas, inundaciones, extinción del 30% de las especies, nuevas enfermedades…
El economista K. Boulding fue el primero en emplear el término ‘Navío Espacial Tierra’ (Net) aplicado a nuestro planeta. Viajar por el espacio en el Net es lo que une a los seres vivos, pues todos somos pasajeros del mismo destino. Sin olvidar que la biosfera, donde es posible la vida para virus, bacterias y millones de especies animales y vegetales, sólo es una capa del Net de 50 kilómetros. En esa limitada nave, gracias a los ‘frutos del sol y la tierra, del agua y el aire, crecemos, creamos, organizamos, destruimos, morimos’: dice Al Gore. También agotamos recursos, generamos desechos, contribuimos al letal cambio climático. Pero el espacio vital terrestre no es un simple mundo físico, es parte de un sistema evolutivo donde todos los seres vivos, ‘conectados entre sí y a la atmósfera, fabrican y mantienen su ambiente a nivel planetario’: explica a su vez la fascinante hipótesis de Gaia desarrollada por Lovelock en su obra ‘Las edades de Gaia’, la diosa griega, la madre Tierra, considerada como unidad de inteligencia superior. Unos y otros coinciden en la gravedad del cambio climático y sus efectos sobre el Net, sobre Gaia y la ecología en este Planeta, pues la palabra ecología se deriva de la voz griega oikos: casa o lugar donde vivir.
Así que pasen cien años (para García Lorca sólo eran cinco) sabremos qué ha sido de las edades de Gaia, que a fin de cuentas son de verdad las edades del hombre, entendidas ahora como el complejo proceso de todos los seres vivos. Aunque a diez años del Protocolo de Kyoto está visto que sus recomendaciones no se van a cumplir ni poco ni mucho. Thomas Paine escribió allá en 1775: ‘Está en nuestras manos empezar otra vez el mundo. Desde la época de Noé no se ha presentado nunca una situación como la actual. Nos encontramos ante el nacimiento de un nuevo mundo’. Menos mal que en Ponferrada el medio ambiente ‘popular’ es autónomo, limpio, estupendo y singular.

APAGA O CANDIL

El Mundo/ La Crónica de León/ 7-02-2007
APAGA O CANDIL
José Luis García Herrero

Ahora ya pueden pasar otra vez, sufrientes conciudadanos de Ponferrada & Pongesur: la ciudad de los nueve puentes y treinta y no se cuántas gloriosas rotondas circunvalares; la de bulevares y presuntos puros aires del medio ambiente local; la de los andares peatonales y bolardos a tutiplén; la creciente en inmigrantes y nativos jubilares; la del ladrillazo selectivo y sentencias judiciales…y así. La autoridad dual por fin ya consiente dejar pasar sobre lo poco que queda de la antigua avenida de Compostilla, ahora espacio desolado, triste y gris, de baldosas pobres de solemnidad, mal puestas y al desgaire, con prisa y a destiempo, en lo que fue paisaje interior de tilos perfumados y policromas aceras, por donde se iba todo seguido y después a mano izquierda -dicho esto sin segunda intención- hasta la Central Térmica: de qué iba a ser sino de Compostilla, de Endesa, la ex-nacional y berciana al lado de su singular poblado, también bautizado Compostilla, topónimo que se inventaron los del franco-falangista INI por si a Compostela a lo mejor se iba por allí al lado. Como iba diciendo, los vecinos de los tilos sin primaveras «pasan, si quieren pasar» y, cual Lorca en sus versos civiles, acaso dicen «¿Quién te vio y no te recuerda?» Porque esa operación de irracional y antiestética cirugía urbana, financiera y subterránea, hasta parece premonición astral de lo que se avecina en un par de meses sobre Endesa, Ponferrada y la Fundación de la Energía: primas hermanas.
La primera, sin luz ni taquígrafos vendida -más o menos antes muerta que sencillamente pública- por el neoliberal Pp y amigos para siempre, entre otros el ahora presidente Pizarro, muy beligerante con la hispano-catalana Gas Natural, complaciente con la alemana E.ON. Más otro laboral efecto en forma de pregunta: ¿a cuántos trabajadores les tocará la china de estar dentro o fuera del nuevo gigante eléctrico europeo? La segunda, o sea, la “Ciudad alegre y confiada”, prohijada por el Pp municipal para vestirla a la moda Pgou 2007 -que más que Plan es Api- sentirá en su ajada piel berciana y a plazo corto las consecuencias de que los mandamases de estrategias y sinergias en España y América del Sur no estén en Cataluña ni en Madrid, menos aún en Castilla y León, sino en la voraz Alemania. La tercera consecuencia será para la dubitativa Fundación secuestradora de CO2, que a la vera de los restos de Endesa y Compostilla, entre Asturias y León, no sabe si secuestra o es secuestrada y nunca liberada: todo lo más disfrazada con el nuevo síndrome de Dusseldorf.
Como bien decía y muy en serio un editorial: “La economía española pierde una empresa energética de referencia en Europa con un proyecto propio.” Y como cantan menos en serio los gallegos “Apaga o candil que ten moita luz. Sempre te andas alabando de que teu pai é moi rico, a riqueza do teu pai lévalla un corvo no pico.”

EL TERCER ACTO

El Mundo/La Crónica de León/ 2-02-2007
EL TERCER ACTO
José Luis García Herrero

Es la obra o historia de nunca acabar, otros lo llaman el cuento de la buena pipa porque la primera representación tuvo lugar en 1932, con tan poco público y éxito que hasta pierden los papeles. Insisten en 1949 con parecido formato y los mismos pitos y pateos. Más por aburrimiento que por otra cosa lo van dejando a su aire, papeles por un lado, actos por otro y manga por hombro hasta 1964, cuando ya puestos, sin pararse en barras ni dimes y diretes, idean una obra escénica más en sintonía con aquella época imperial de amos y vasallos. Como Dios parte y reparte, los actores van haciendo la función hasta que se arman otro lío con los papeles sin más remedio que recrear otra, corregida y aumentada, la cual se estrena en 1977 con fuertes abucheos y no menos pateos de un público bastante harto y cabreado. Pero autores y actores, casi los idem con distintos ropajes, caras de poker y circunstancia, siguen actuando hasta 1989, que esta vez promete por eso de la democracia socialista. Pues tampoco: hay quien dice que la obra, con tantos cambios, interpretaciones y revisiones no la conoce ni los progenitores que la parieron, ya que más que teatro parece sainete en un solo acto. Tanto, que otra vez los mismos y diferentes cambian decorados y papeles y, ¡hala!, a reinterpretar la obra de marras, esta vez en tres actos clásicos. El primero y el segundo, presentados a trancas y barrancas, trágalas y tragaldablas, en el salón municipal para tales eventos públicos. El tercer y último acto -¡qué expectación!- a punto de sentencia en la Junta esa que está en Valladolid para esos menesteres de poner o quitar puntos a las íes. Y así las cosas realizar el próximo estreno en el 2007 con sus autores, escenario, personajes y público como extras. Lo cual es más importante de lo que parece.
Como habrán adivinado, la contumaz obra plagiaria de sí misma se titula Plan General de Ordenación Urbana de Ponferrada: para amigotes PGOU; Patata Caliente para la Junta. Pues a ver quién explica con las tasas de natalidad a la vista -1,2%- dónde esos millares de alegres y confiados hipotecados para ocupar -sin k- 34.000 nuevas viviendas en una población de poco más de 65.000 habitantes. Recordemos que el mayor incremento se produce entre 1940 y 1960: en números redondos de 12.000 a 37.000 habitantes y tasa de crecimiento medio anual 3.37%. Que entre 1960 y 1980, ya con 52.000 habitantes, la tasa anual es sólo de 1.25% y su crecimiento acumulativo 1,36%. Según estas tasas, Ponferrada tendría ahora unos 75.000 habitantes y con el Plan de 1977 sobrepasaría los 100.000. Finalmente, con este Plan 2007 e incremento de suelo para 34.000 viviendas, o bien la población alcanza más de 130.000 habitantes -hipótesis épica- o la supuesta ley de la oferta y demanda les importa un rábano a los autores y fines del espectáculo.
Arriba el telón: tercer acto. La Junta tiene la voz y la patata.