Wednesday, April 25, 2012

Hacer libros es un arte, venderlos es un milagro

La Crónica de León/ 25-04-2012
José Luis García Herrero

Al mal tiempo buen libro. Con este refrán por bandera, a pesar de la lluvia y de la profunda crisis que atraviesa el sector de las pequeñas librerías, espoleado por grandes superficies y por el libro digital, varios libreros de Ponferrada y Ediciones Hontanar hicieron posible un año más que los libros, esas cosas impresas en papel, con un título en las tapas y un montón de vidas dentro, tomaran la Plaza de Fernando Miranda, que por unos días se llenó de lectores en busca de autores, y de autores en busca de lectores. Daba alegría ver que algunos padres compraban uno, dos y hasta tres libros para sus hijos pequeños. Daba pena ver que la lluvia no es buena aliada a la hora de atraer público, y que el Ayuntamiento no colaboró con la colocación de una carpa protectora, ya que este año los libreros pagaron alquiler e instalación de casetas, además de ofrecer a los lectores descuentos y regalos.
Ahora que estamos siendo objetos más que sujetos, cuando no estupefactos espectadores, ahora que se acentúa el sistémico incremento de injusticia, desigualdad y miseria que afecta a miles de millones de desgraciados seres humanos no beneficiarios ni más felices por los notables avances de la tecnología, hay que felicitar a libreros y editores que están capeado el temporal consiguiendo que sigamos celebrando el Día del Libro amenazado, porque en estos malos tiempos hacer libros es un arte pero venderlos es un milagro. Libros, bienvenidos seáis al aire de la calle en abril y a las manos del Hombre. Ojalá se continúe con el Mes del Libro, el Año del Libro, el Tiempo del Libro, para que por los siglos de los siglos el Libro perdure.
Tomen nota, señores políticos: hay que mimar a las librerías como agentes culturales, pues son espacios donde no sólo se venden libros sino que se organizan tertulias de todo tipo. Los libros son un valor cultural que no se puede descuidar porque forman parte de la sociedad y de su futuro. Como escribió  Luis de Castresana: “Si un día la letra impresa muriese, si un día la lectura desapareciese, bien podríamos entonar un réquiem por el futuro de la criatura humana, porque el hombre, su geografía espiritual y psíquica habría muerto con la muerte del libro”.



Friday, April 06, 2012

Rascayú o el arte de Sostenella y no Enmendalla

La Crónica de León/ 11-04-2012
José Luis García Herrero
No sé si la frase del título viene del Quijote, o es una más de las frases populares, pero sé que viene como anillo al dedo papal para un registrador de la propiedad que estuvo en Villafranca del Bierzo, y que nunca pensó que llegaría a ser presidente del Gobierno de España. De todos modos, los entendidos suelen decir que “Sostenella y no enmendalla" era la fórmula con la que creían mantener su honor los hidalgos españoles del Siglo de Oro.
En este tiempo de líos financieros y errores mayúsculos, las decisiones políticas están llenas de esa actitud chulesca; pues rectificar cuesta mucho, y puede suponer que otros partidos tengan la razón. Por eso en este País en crisis y casi intervenido somos dados al sostenella y no enmendalla. Como paradigma de esta tozudez está haciendo estragos la Reforma Laboral, que totalmente en contra de cuando tocaba prometer electoralmente el oro del moro, resulta que pocos días después ni oro ni moro, sino más paro, más cara la vida, más barato el despido, más subida de impuestos, excepto para los más ricos y sinvergüenzas, pues esos impuestos son minorados trampeando escalas tributarias, incluso premiando el dinero negro evadido a paraísos fiscales, además de ajustes que en realidad son pérdida de empleos y reducción de inversiones en servicios sociales. El macabro resultado es que este País es más pobre, y el diferencial entre ricos y pobres aún mayor. Todo esto y lo por venir llegará; a no ser que una catarsis social lo remedie, lo cual está produciendo que el País se empobrezca más a costa del sufrimiento de la población más modesta, mientras se facilitan rescates a las grandes instituciones financieras, culpables de una crisis sometida a los engranajes políticos de la vieja Europa. Este desastre y pérdida de soberanía me ha hecho recordar, quizá porque empieza con R de Rajoy, una vieja canción llamada Rasacayú, que durante los años 50 y 70 se oía con frecuencia.Quisiera no olvidarme del genial Antonio Mingote. A ver si cuando Rajoy deje de ser presidente hace suya la frase de Mingote: “Perdonadme, no lo volveré a hacer”. Ojalá sea así, aunque demasiado tarde para un País metido en un cacao de padre y muy señor mío.