El Mundo- La Crónica de León. Viernes, 18 de agosto de 2006
JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERO
El ánima del animal
No me refiero al hombre, aunque también, pues el homo sapiens -más bien poco- trafica, tortura, esclaviza y hasta devora a sus semejantes planetarios: llámense mamíferos, peces, aves o corderos de dios que quitas los pecados del mundo, según parece. Por esto, entre comillas, acudo al investigador del CSIC, catedrático de Lógica y Ciencia de Filosofía, Jesús Mosterín: 'uno de los pocos pensadores actuales que se mueven entre la ciencia y la filosofía', dice la solapa de su obra, 'La naturaleza humana'. Porque en este verano de incendios y muerte animal (¿nunca máis?) hay mucha mala gente que abandona su mascota antes cálido juguete, después carga. Acaso no saben que animal viene de 'ánima' (alma); ni que los organismos multicelulares por excelencia, los 'almados' (animales y humanos) 'somos vertebrados o cranianos': igual que nuestros animales domésticos, perros y gatos, y la mayoría de animales cuyo maltrato nos preocupa, ya que los animales, además de vida nutritiva, tienen capacidad sensorial, y donde hay sensaciones hay placer y dolor. Por eso es fácil imaginar el sufrimiento y desamparo de un animal abandonado.
Para eliminar o reducir esa práctica salvaje sería necesario unificar la legislación de las comunidades autónomas y ayuntamientos, así como los reglamentos de la UE y convenios internacionales sobre cría, venta y tenencia de animales de compañía; controlar los establecimientos dedicados al tráfico de especies vivas; exigir registro de compras y ventas, certificado de vacunación y salud, identificación por medio de microchips, notificación al ayuntamiento. Además de vigilar las condiciones sanitarias del local, eliminación de aguas residuales y desinfección de jaulas y estancias con el fin de prevenir posibles contagios de enfermedades entre animales y personas. Todo, según programas de higiene y profilaxis realizados por veterinarios colegiados. Con esas medidas de control y sensibilización social acaso dejaríamos de ser el país europeo donde más animales se abandonan y torturan por costumbre y diversión. Como presagia una magnífica fábula de presentación de la obra póstuma del sociólogo J.A.Jáuregui, 'Juicio a los humanos', quizá un día tenga lugar 'La rebelión de los animales': en el 2968 por ejemplo, escribe José Saramago, cuando la cólera de los animales maltratados crezca hasta 'convertirse en locura de exterminio y el último hombre, cubierto de hormigas, acabe realmente'.
No es posible terminar esta columna sin recordar a Konrad Lorenz (1903-1989), Premio Nobel de Fisiología y Medicina (1973): uno de los grandes científicos que estudió la estrecha relación entre el hombre y el perro. Ese animal que sigue pegado al lado de su amo 'con todos sus sentidos atentos para no perderlo de vista'. Porque cada perro es 'una suma incalculable de amor y fidelidad'.
El Mundo/La Crónica de León/ viernes, 25 de agosto de 2006
JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERO
A vueltas con el PGOU
Los planes de urbanismo predemocráticos siempre han sido guisados y comidos por sus hacedores y adláteres instrumentales. Los democráticos de ahora, también. Los de la ciudad de Ponferrada no iban a ser menos, sobre todo desde 1949. Para desmemoriados, veamos: Plan de Ensanche de 1932. Plan de ensanche y reforma interior de 1949. Plan General de Ordenación Urbana de 1963. Plan General de Ordenación Urbana de 1977. Plan General de Ordenación Urbana de 1989. Por planes y planificadores no quede: planes más o menos generales, pero planes a fin de cuentas y cuentos. Para dejarlos hechos unos zorros estaban las antiguas ordenanzas de edificación –vigentes hasta 1952–, incluso las no menos simplistas de 1977. Unas y otras sirven para consolidar las aberraciones urbanísticas y el disperso espacio urbano de la ciudad de Ponferrada. Las Normas Urbanísticas de 1989 aportan algo nuevo, pero modificaciones puntuales, infracciones urbanísticas, alturas reguladoras y otros trucos de ingeniería financiera se encargan de todo para el pueblo pero sin el pueblo.
Hasta hoy, cuando muy pocos saben si lo guisado entre bastidores, neblinas y fuegos artificiales es revisión del PGOU; adaptación a la Ley y Reglamento de Urbanismo de Castilla y León; nuevo PGOU; todo al alimón, o cualquier otra cosa. Por ejemplo. Facilitar la explotación agiotista de la zona verde bajo la montaña de carbón y de los terrenos públicos de Compostilla cedidos por Endesa. Realizar los convenios urbanísticos con MSP y otros. Legalizar urbanizaciones declaradas ilegales por el Tribunal Superior de Justicia de C. y L. Alimentar los objetivos tácticos a largo plazo para la bifronte Pongesur…
Aún está por ver cuánto le costará a cada españolito cercano tanto suelo, tanto mercado, tanta hipoteca, tanta ciudad, cuyo crecimiento poblacional es a costa de la Comarca. Recordemos que en 1964 el Bierzo tenía unos 147.000 habitantes y ahora poco más de 132.000. Que en la Provincia la tasa de natalidad es 0,9. Que hay más fallecidos que nacidos. Que casi la cuarta parte de población tiene más de 65 años. Ni siquiera la inmigración puede resolver la pérdida de población, cuando los indicadores económicos apuntan a una posible llegada de vacas flacas, que no locas. A ver si los planificadores explican, con sólidas hipótesis demográficas, de dónde saldrá tanta gente para comprar y habitar las 5.000 viviendas de La Rosaleda, más otras 34.000 y pico del Plan; o sea: para 58.500 habitantes más si estimamos un ratio de sólo 1,5 por vivienda. De 2, serían 78.000. De 2,5, 97.500 habitantes. Si a cada una de esas previsiones del Plan sumamos los 65.000 habitantes actuales, tenemos para cada ratio: 123.500, 143.000, 162.500 habitantes para una Ponferrada quizá del próximo milenio. Como se ve, todo es posible en los planes de urbanismo de ayer y de hoy. Continuará.
