Sunday, May 20, 2007

LA LUCHA FINAL

El Mundo/ La Crónica de León/ viernes, 18-05-07
José Luis García Herrero
La lucha final


Sólo nueve días y medio son los por venir para que las mágicas urnas -mejor enteras que rotas- pongan a cada vocacional quisque en su sitial, o sea, la nómina general de la clase política en ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos -rol y estatus incluidos-, cumpliéndose así aquello de un hombre y una mujer dos votos: que no se enfade nadie. Unos días, menos mal que no semanas, de feroz y agria campaña. La cual, según explica el ‘Diccionario del Español Actual’, de Manuel Seco, es conjunto de operaciones bélicas que se desarrollan en una época determinada o en un espacio determinado. Tal vez no sea aplicable en su totalidad a la lucha electorera, quizá sí, cualquiera sabe, si hacemos caso a lo que expulsan algunas bocas de radio, letra impresa y encuestas a la carta (más madera).
Porque sin quitar ni poner comillas (adivínese, sic) la cosa de elegir gentes pacíficas para la democracia imperfecta está que arde, y el país roto en evidente peligro de descomposición, explosión o implosión. Y todo, claro está, por la rendición del Gobierno ante el terrorismo etarra con la bendición legal del Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Fiscal General del Estado, incluso la complacencia del Rey, sometidos todos ellos al dictado ilegal e inmoral de un presidente del Gobierno que, en colaboración con la banda terrorista y separatista ETA, se ha reído de la Ley, se ha ciscado en el Estado de Derecho y ha apuñalado por la espalda a la Nación con el objetivo de liquidar el régimen constitucional español, traicionado por los mismos que un día juraron guardar y hacer guardar la Constitución en su letra y espíritu.
Parece mentira, pero si todo eso se dice, escribe y aquí no pasa nada. Insisto: si todo eso no forma parte de una operación bélica, que venga Montesquieu y lo vea. O bien, dado que el Fiscal General y el Código Penal, al parecer, pasan de calumnia, infamia e insulto, teniendo en cuenta la gravedad de la traición a España y a la libertad (sic), acaso sea necesario suplicar que vuelvan los oscuros salvadores de la Patria y además, qué remedio, habrá que obedecer al monseñor arzobispo de Pamplona -antes obispo de León- y botar sin remilgos a partidos de la ultraderecha: tal como Falange Española y del las Jons; Comunión Tradicionalista Católica; Alternativa Española, Tercio Católico de Acción Política; etcétera, por ser dignos de apoyo y totalmente fieles a la doctrina social de la Iglesia. No como Zapatero, que pretende imponer el laicismo excluyente con la connivencia, piensa uno, de Las Edades del Hombre y su Puente de las Estrellas.
En fin, si la ultra-patria no cuela y Montesquieu está muerto, sólo queda despotricar en sentido inverso o votar a ‘sarkozis’ celtibéricos fieles a esa Iglesia, capaces de arreglar en un pispás, y desde las elecciones municipales y autonómicas, los izquierdistas males de la Patria.

DEL PUENTE A LA ALAMEDA

El Mundo/La Crónica de León/ viernes, 11-05-07
José Luis García Herrero
Del puente a la alameda

A lo mejor este descreído Bierzo se ha vuelto de pronto católico, apostólico, romano y pío practicante, incluso fundamentalista: no digo yo que no ni digo que sí. Pues hay qué ver el mare mágnum para las famosas ‘Edades’ en la impropia delimitación del Casco Histórico de Ponferrada, sólo a mano izquierda del río Sil, del Cubelos al Ojeda, cual si el río fuera antiguo y señorial por una ribera y por la otra vulgar y villano. Ahora póngase el que quiera en el lugar del ojo mágico de una cámara con señor detrás –verbigracia, japonés- para llevarse una foto del Castillo medio templario; otra de la bella y mágica iglesia de San Andrés -aquel crucificado como su iglesia hoy-; y otras más de las ancianas casas recuerdo del pasado, de sus calles señeras y maltratadas…hasta llegar a la Plaza de La Encina. ¿Qué foto sacará el viajero y su maquina? ¿Qué paisaje de piedra conservar, qué recuerdo? Perturbado hoy por la masa de hierro de un hórrido puente que dicen de las estrellas, inútil enlace, ridículo y esperpéntico camino de gentes de un sitio para otro. Uno piensa, tal vez equivocado, si acaso a los millares -qué millares, millones de visitantes- no les dará igual, seguramente apreciarían más, dejarlos ir a su aire desde San Andrés a la Basílica, paseando por en medio de la gente corriente, viendo pasar la vida como es todos los días de todos los años sin edades que llevarse al puente: más estrellado que de las estrellas. Pues no, al parecer es mejor ese exorbitado esperpento, resuelto entre ingeniería sin ingenio y burdo andamiaje de obras subcontratadas, a punto de accidente estético y estático.
Qué decir del Castillo, ya anotado para no olvidar: ¡cómo olvidarlo! Desde el simplón ‘scalextric’ de tierra a media ladera, difícil de recorrer, peor de mantener y sólo facilón para las bandas del pintarrajo obsceno mal llamado ‘graffiti’, a la desmesura de la rampa de entrada a la Fortaleza: absurdo bloqueo visual de su interesante y fotogénica imagen principal. Mal sus tejadillos o capirotes a imitación de los franceses ‘Chateaux de la Loire’, mucho más modernos. Mal sus edificios interiores, torpe reconstrucción de pacotilla de un pasado poco o mal documentado, levantados de nuevo para dar cancha a un turismo desinformado adrede. El cual, en lugar de encontrar vestigios cuidadosamente conservados y respetuosa memoria de lo que fue, topará con algo semejante a los primeros paradores del franquismo, con salones, cafeterías y segundo piso ascensor. Sólo falta declarar el Castillo ‘Tierra Mítica’, con tropa de caballeros en busca del Arca de la Alianza, para completar con éxito la precampaña electoral de inauguraciones: un mogollón y al alimón de tales y cuales, curas y paisanos, militares y civiles. Visto está, que siendo otra más de las necedades del hombre habrá que perdonarlos. Acaso ellos no saben lo qué hacen. Aleluya, pues.

POMPAS DE JABÓN

El Mundo/La Crónica de León/ viernes, 4-05-07
Pompas de jabón
José Luis García Herrero

Hace unos 10 años traté el tema de la euforia inmobiliaria y su correlato la burbuja explosiva. Con palabras del economista Galbraith, recordaba yo entonces que «La euforia es un fenómeno recurrente que pone en peligro al individuo afectado, a la empresa en concreto y a la comunidad económica toda». Por eso ahora -cuando la pompa de jabón del mercado inmobiliario, a medias desinflado, navega a la deriva en el espacio bursátil que Conthe y su Código de Buen Gobierno deja en manos de Segura- para aquellos que desconozcan la muy curiosa historia de la “tulipamanía” quizá no esté de más repetirla, como parábola ejemplar del evidente peligro que existe para millones de familias endeudadas hasta las cejas.
Sucedió allá por 1630, y tuvo como protagonista el tulipán: preciosa planta procedente del este de Europa introducida con éxito en la apacible Holanda, cuna de la primera Bolsa moderna. Por la variedad, belleza y rareza del tulipán su valoración se elevó, en principio sólo para prestigio de selectos propietarios, enseguida como herramienta de especulación financiera. La manía inversora en bulbos produjo tan imparable incremento de su precio que un sólo bulbo, sin apenas valor monetario alguno, llegó a superar el de «un carruaje nuevo, dos caballos y un arnés completo». La simple circulación de bulbos de mano en mano y antes de plantarse multiplicaba su valor, dejando elevadas ganancias a los traficantes. Pero la euforia y su burbuja especulativa duró poco menos de siete años: los más avisados empezaron a vender, siguieron muchos más, los precios se derrumbaron. Comerciantes, miembros de la nobleza y modestos inversores se vieron fuertemente afectados en sus economías. La caída financiera y depresión consiguiente empobreció la economía holandesa durante varios años.
Así fue la llamada “tulipamanía”: primera gran explosión conocida de la euforia y burbuja especulativas. Las siguientes se han repetido con la misma y malvada mezcla de estupidez, frivolidad y astucia. Una y otra vez los “tiburones financieros”, blindados en sus burbujas, arruinan impunemente al conjunto de la sociedad con tal de obtener el máximo beneficio con el mínimo riesgo, sin formación de capital físico ni aportación de riqueza al producto colectivo. Esa euforia insensata recorre ahora como un nuevo fantasma -no precisamente proletario- el espacio inmobiliario y bursátil de una España donde el que no próspera en poco tiempo y sin esfuerzo es un fracasado: dijo aquel. Y como los árboles de la aparente prosperidad no dejan ver el bosque de la pobreza, lo mismo que pasó en Holanda con los tulipanes puede suceder en esta tierra de presuntos nuevos ricos, cada vez menos nuestra y más de la Europa de los mercaderes.
Coda.- Casi me olvido de que ayer fue el ‘Día Mundial de la Libertad de Prensa’. Pero, ¿hay libertad de prensa globalizada?

Tuesday, May 01, 2007

EL RIESGO DE SER ALCALDE

El Mundo/La Crónica de León/ 27-04-2007
El riesgo de ser alcalde
José Luis Garcia Herrero

En mayo florido y hermoso, como cada cuatro años, algo más de 8.000 ciudadanos -hombres y mujeres paritarios- están empeñados -es un decir- en la ingrata tarea de ser alcalde de su pueblo, prometiendo a cambio del voto cautivo una ciudad que te quiero verde, con más y mejores servicios y guarderías y puentes y fuentes y un tren ave de paso a gran velocidad: felicidad. Otros miles, asidos a las listas, aspiran a lograr el cargo de edil de cuentas, fiestas, cultura, deportes, tráfico…mejor de urbanismo: cualquiera sabe el porqué. Bien arropados bajo siglas partidarias, todos ellos opositan a sillas curules del Estado. Verborreicos, exultantes, incansables, van de aquí para allá repartiendo abrazos, besos y achuchones a voleo, a veces a niño incluido, siempre con la sonrisa puesta a punto y la frase lapidaria preparada para entusiastas corifeos y su batir de palmas. Son tan majos, tan así, que dan ganas sin ganas de votar sin preguntar nada, sin mirar a quien, sin dudar un solo instante. ¡A cuento de qué iban a querer ser alcaldes y concejales abnegados sin una vocación de servicio a prueba de dimes y diretes, desinteresada, sólo por amor a la patria grande, mediana y chica! No hay más que ver el evidente riesgo que conlleva el inestable empleo de alcalde, pese a estar bien remunerado. Además de ser, en términos jurídicos, un empleo temporal, eventual, por obra o servicio determinado, a tiempo parcial, en prácticas, en formación…por su precariedad puede calificarse, en la jerga laboral, de contrato basura. Puesto de trabajo expuesto a mociones de censura, sospechas de prevaricación, clientelismo, red de influencias, información privilegiada y su correlato de querellas, denuncias, sentencias judiciales. Esta amenaza incrementa el ya pesado fardo que soportan sus estoicas espaldas. Sabe un rato de recalificaciones de suelo, revisiones y de todo lo que ofrece fuertes ingresos y plusvalías. Sabe de inauguraciones, terminación de obras y corte de cinta con banderita española y tamboril. Sabe de fiestas patronales, misa y procesión, ofrenda y homilía. Sabe de condecoraciones, premios, medallas, insignias y trofeos. Sabe presidir actos municipales, dando por la tangente una de cal y otra de arena a la oposición. Aunque parezca raro, esto produce intensas preocupaciones, estrés, infinitas horas de trabajo, poco sueño: al alcalde. Peor aún: si después de unos pocos años de poder y gloria no se renueva el contrato político-social puede encontrarse sin rol ni estatus que llevarse a la faltriquera. A no ser que una nueva y privada parte contratante del ramo vea el ‘currículo vitae’, y dándose cuenta de lo mucho que sufren los que mandan por sólo un puñado de míseros euros, decida contratar ‘ipso facto’ al impoluto personaje por tiempo indefinido como experto en negocios inmobiliarios y desarrollo urbanístico.

LIBROS Y LADRILLOS

El Mundo/ La Crónica de León/ 20-04-2007
Libros y ladrillos
José Luis García Herrero


Cuenta el descarado Ambrose Bierce en su ‘Diccionario del Diablo’ que éste, o sea Satán, al ser expulsado del Cielo se para en mitad de su caída y pide un favor a Dios: –«Según tengo entendido, estás a punto de crear al Hombre; necesitarás leyes.» –«¡Cómo osas! Tú, su adversario declarado, ¿te atreves a solicitar el derecho a establecer sus leyes?» –«Disculpa, no me has entendido, lo que pido es que se le deje dictarlas a él mismo». Así se dispuso.
Y así pasa lo que pasa: piensa uno pensando en Montesquieu y en Maquiavelo. Y en el ‘Código de Hammurabi’ de 1753 a.C., Babilonia, Mesopotamia: primer escrito de convivencia, comunicación y educación ligado al origen de las ciudades. Unos y otros, libros y ciudades, perseguidos, incendiados, saqueados tanto en la antigüedad como en la actualidad: véase Irak, sus bibliotecas y museos destruidos. Así, desde el faraón Akhenatón del remoto Egipto a 1933: cuando el nazi Goebbels manda calcinar más de 20.000 libros para «entregar a las llamas el espíritu diabólico del pasado». En Grecia, siglo V a.C., Protágoras de Abdera es acusado de impiedad y su libro confiscado y quemado. Hasta Platón no duda en quemar poemas de Sócrates: nos recuerda Diógenes Laercio. Cientos de miles de manuscritos de la Biblioteca de Alejandría incendiados poco antes de nuestra era. Sin olvidar al Papa Pablo IV, que en 1559 saca la primera edición del ‘Índice de Libros Prohibidos’: exterminador de obras llamadas heréticas: entre otros condenados, Descartes, Voltaire, Copérnico, Diderot…
La ciudad, patria del libro, calificada antaño por Plutarco de ‘urbes ludimus’ -pues educación es simbiosis de cultura y diversión- hoy, sin un pensamiento integrador, la polis es producto inmobiliario y la educación una variable más del sistema político-cultural dominante. El resultado a la vista está: una ciudad socialmente injusta, insolidaria, ecológicamente insostenible. Un espacio financiero sin planeamiento de vivienda, sin rigor ni transparencia administrativa. Un lugar carente de la necesaria «política de alquiler para jóvenes y no tan jóvenes que no pueden, ni deben, empeñarse de por vida en la compra de una vivienda»: dice el arquitecto Xerardo Estévez. Muy a propósito: basta echar un vistazo a la híbrida gestión del urbanismo en la ciudad de Ponferrada, sus logros selectivos e islas de abandono, sus seis sentencias judiciales de ilegalidad manifiesta sobre sus anchas espaldas.
Y del ladrillo a los libros evoquemos las palabras dichas hace un año en la Feria del Libro de Buenos Aires por el autor de ‘Fahrenheit 451’, Ray Bradbury: «La falta de educación convierte a los libros en innecesarios y hace que se quemen solos». Por esto, bienvenida sea la Feria del Libro de Ponferrada y el Día Mundial del Libro del próximo 23 de Abril y el sencillo homenaje al escritor, claro humanista, Ramón Carnicer.

TRES SEMANAS Y MEDIA

La Crónica/ El Mundo/ 13-04-2007
Tres semanas y media
José Luis Garcia Herrero

Ha pasado la Santa Semana y este país, presuntamente aconfesional, una pinta azañista y pagano, tiene 106 ciudadanos menos que se han ido por arte de birlibirloque del coche al Cielo, un suponer. No todos: algunos, quizá a toda pastilla, a ese lugar ardiente llamado Infierno, que según el Papa Ratzinger ¡existe! y, además, no se olvide, es ¡eterno! Caray con Benedictus PP. XVI el cual, tampoco se olvide, es ‘Pluscuamprefecto’ de la Congregación para la Doctrina de la Fe, léase Santa Inquisición: eficiente agencia de viajes hacia el Infierno realmente existente. (Cuidado, curas y fieles de la Parroquia San Carlos Borromeo de Vallecas, Madrid: tenéis al Rouco Varela eternamente enojado, cual Dios). Como iba diciendo, por fin la semana trágica ha pasado con sus penas y glorias y tempranas ‘madrugás’, aporreamiento de tambores y chirriantes trompeteos, ‘picaos’ disciplinantes y ‘empalaos’ hechos un Cristo, procesiones, sayones, costaleros y costaleras, palmas y saetas, cofrades azules y blancos. Sangre, sudor y lágrimas litúrgicas declaradas de interés turístico nacional e internacional: ¡Vaya por Dios!
Tiempo evocador de un sábado de 1977 para recordar el 30 aniversario de la legalización del Partido Comunista de España: el PCE, el Partido. Sus inmensos nombres arden en la memoria recobrada de la larga noche del fascismo, de ese tiempo de infamia. Nombres de intelectuales, obreros, campesinos, poetas…Sin aquel y sin todos ellos no hubiera sido posible el ayer de la Transición y este hoy, ambos incompletos y adulterados, pero necesarios para un futuro apenas entreabierto. Lo ha dicho magistralmente José Saramago en su recentísima obra ‘Las pequeñas memorias’: «No se sabe todo, nunca se sabrá todo, pero hay horas en que somos capaces de creer que sí, tal vez porque en ese momento nada más nos podría caber en el alma, en la conciencia, en la mente, comoquiera que se llame eso que nos va haciendo más o menos humanos».
Se acerca la Feria del Libro a Ponferrada, que tendrá lugar, espacio y tiempo del 19 al 23 de abril: justo cuando se celebra el Día Mundial del Libro. Como se ha dicho, nunca se sabe todo. Por eso es necesario pensar que el oficio de escribir y leer nos hará menos ciegos. Pero una noticia de prensa, ¡ay!, anuncia el desembarco en España de la mayor cadena portuguesa de libros -Grupo Bertrand del alemán Bertelsmann- que abrirá 20 nuevas librerías, una de ellas en Ponferrada este mismo año con una superficie de 400 metros cuadrados, donde se venderán libros, música, películas…Libreros bercianos, pequeño comercio: temblad. A ver quien osa competir con las grandes superficies aprobadas por la Junta cada dos por tres. O con grupos transnacionales de libros. Incluso hasta con los chinos.
Otro día, cuando toque, hablaremos de la suspensión cautelar por el TSJ de licencias de viviendas en La Rosaleda.