José Luis García Herrero
“Octubre, octubre”
Como mandan las autoridades -por supuesto civiles- y expresan en rojo los calendarios, hoy es viernes 12 de octubre; sin embargo, llueva o no, también es fiesta. Pero no una fiesta cualquiera, porque según Ley 18/1987 es la Fiesta Nacional de España. -Festa Nacional d´Espanya, en catalán y valenciano; Festa Nacional de España, en galego; Espainiako Jai Nazionala, en vasco-. Pero en esta querida España, en esta España nuestra, presuntamente una, grande, libre, casi laica y para fiestas siempre dispuesta, hoy es además Día de la Guardia Civil y también Día de la Virgen del Pilar: patrona del Instituto Armado. Todo porque cuando en España reinaban, mandaban y montaban a dúo los Reyes ‘Catódicos’ -adjetiva la escolar Antología del Disparate- el marinero andaluz Rodrigo de Triana, harto de navegaciones y privaciones bajo la aguja de marear de Cristóbal Colón, dijo a grito pelado desde la carabela Pinta: ¡¡Tierra!! Qué casualidad: era el día 12 de octubre de 1492 y era el Nuevo Mundo. Así fue la primera fiesta del descubrimiento: tiempo de la Inquisición Española; de la quema de brujas; persecución y expulsión de judíos y musulmanes, etc.
Después, ya en 1918, con la Iglesia y Alfonso XIII se llamó Fiesta de la Raza. Unamuno en 1927 se decide por Día de la Españolidad. Ramiro de Maeztu en 1935, Día de la Hispanidad. La dictadura franquista y falangistas al alimón en 1939 agregan al de la Hispanidad el Día de la Raza. Quizá pensando sin vergüenza alguna en Alfonso XIII y en el escritor y político mejicano José Vasconcelos, que bautizó el 12 de octubre como Día de la Raza Cósmica, o sea: la quinta raza imperial que surgiría de la fusión cultural y armónica de los pueblos de América. Es bueno recordar que el comunista Montero Díaz, contra los separatismos, prefiere Día de la Hispanidad; igual que Antonio Machado en 1937. Pero vana fiesta parece el 12 de octubre a Pablo Neruda en su Canto General: ‘Los hijos de la arcilla vieron rota su sonrisa, golpeada su frágil estatura de venados y aún en la muerte no entendían. Fueron amarrados y heridos, fueron quemados y abrasados, fueron mordidos y enterrados’.
Ahora, con la contumaz afición hispana a la guerra de banderas, himnos y letras, vuelve la idea de españolidad, hispanidad, la raza: sea cósmica, estatal, autonómica o comarcal. Pues a ver quién es el guapo que se atreve a poner en duda símbolos y mensajes cargados, como la dialéctica de las pistolas, de ardores guerreros y proclamas inflamadas de patriotería. Ya lo dijo Sánchez Ferlosio: ‘Vendrán más años malos y nos harán más torvos’.
Puesto que hoy tocaba escribir la columna en día 12 y además de octubre, la termino con Brassens y Paco Ibáñez: ‘Como en el mundo no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado, cuando la fiesta nacional me quedo en la cama igual, que la música militar nunca me pudo levantar’. Qué le vamos a hacer.
Como mandan las autoridades -por supuesto civiles- y expresan en rojo los calendarios, hoy es viernes 12 de octubre; sin embargo, llueva o no, también es fiesta. Pero no una fiesta cualquiera, porque según Ley 18/1987 es la Fiesta Nacional de España. -Festa Nacional d´Espanya, en catalán y valenciano; Festa Nacional de España, en galego; Espainiako Jai Nazionala, en vasco-. Pero en esta querida España, en esta España nuestra, presuntamente una, grande, libre, casi laica y para fiestas siempre dispuesta, hoy es además Día de la Guardia Civil y también Día de la Virgen del Pilar: patrona del Instituto Armado. Todo porque cuando en España reinaban, mandaban y montaban a dúo los Reyes ‘Catódicos’ -adjetiva la escolar Antología del Disparate- el marinero andaluz Rodrigo de Triana, harto de navegaciones y privaciones bajo la aguja de marear de Cristóbal Colón, dijo a grito pelado desde la carabela Pinta: ¡¡Tierra!! Qué casualidad: era el día 12 de octubre de 1492 y era el Nuevo Mundo. Así fue la primera fiesta del descubrimiento: tiempo de la Inquisición Española; de la quema de brujas; persecución y expulsión de judíos y musulmanes, etc.
Después, ya en 1918, con la Iglesia y Alfonso XIII se llamó Fiesta de la Raza. Unamuno en 1927 se decide por Día de la Españolidad. Ramiro de Maeztu en 1935, Día de la Hispanidad. La dictadura franquista y falangistas al alimón en 1939 agregan al de la Hispanidad el Día de la Raza. Quizá pensando sin vergüenza alguna en Alfonso XIII y en el escritor y político mejicano José Vasconcelos, que bautizó el 12 de octubre como Día de la Raza Cósmica, o sea: la quinta raza imperial que surgiría de la fusión cultural y armónica de los pueblos de América. Es bueno recordar que el comunista Montero Díaz, contra los separatismos, prefiere Día de la Hispanidad; igual que Antonio Machado en 1937. Pero vana fiesta parece el 12 de octubre a Pablo Neruda en su Canto General: ‘Los hijos de la arcilla vieron rota su sonrisa, golpeada su frágil estatura de venados y aún en la muerte no entendían. Fueron amarrados y heridos, fueron quemados y abrasados, fueron mordidos y enterrados’.
Ahora, con la contumaz afición hispana a la guerra de banderas, himnos y letras, vuelve la idea de españolidad, hispanidad, la raza: sea cósmica, estatal, autonómica o comarcal. Pues a ver quién es el guapo que se atreve a poner en duda símbolos y mensajes cargados, como la dialéctica de las pistolas, de ardores guerreros y proclamas inflamadas de patriotería. Ya lo dijo Sánchez Ferlosio: ‘Vendrán más años malos y nos harán más torvos’.
Puesto que hoy tocaba escribir la columna en día 12 y además de octubre, la termino con Brassens y Paco Ibáñez: ‘Como en el mundo no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado, cuando la fiesta nacional me quedo en la cama igual, que la música militar nunca me pudo levantar’. Qué le vamos a hacer.
No comments:
Post a Comment