José Luis García Herrero
Pongamos que hablo de la empresa Endesa, cuando su desembarco en 1945 contribuye a cambiar la estructura urbana, demográfica y económica del municipio de Ponferrada: cerca de 20.000 habitantes. Cuánta obra realizada en pocos años; qué cantidad de negros humos, carbonilla y ceniza expulsaban sus chimeneas al amparo del Caudillo por la gracia de Dios. También, a ritmo militar, presas, embalses, canales...Y cual gran hermano, el Edificio de Mandos (atención a la palabra Mandos): seis soberbias plantas, casi 1.000 m2 por planta, fachada de granito estilo escurialense adosada a grandes naves de alternadores y calderas. A la vera, el paternalista poblado autárquico de corte falangista: envidia de MSP, Ponferrada y el Bierzo. Por fin, la gran Central de Cubillos, pero con menos malos humos. Todo eso –hecho con ahorro forzoso de españoles sobrevivientes a la Guerra Civil y purga ideológica– pasó por arte de magia neoliberal a manos privadas. El Edificio mencionado a las del Ayuntamiento; después, como la zarza morena, de mano en mano pasó al Ciuden para busca y captura de CO2: que nadie sabe bien cómo ni dónde encerrarlo para que no escape. En manos de Ciuden, este invierte unos mil millones de antiguas pesetas en poner el Edificio mejor de lo que ya estaba: o sea, más que suficiente para capturar todo CO2 que anda por el mundo a su aire. Pero de esos gastos, estrategia, estructura humana y empresarial hablaré otro día: ahora no cabe.
Casi olvido que tal día como ayer, hace 100 años, el joven Borbón de guardia, Alfonso XIII, concede a la Villa de Ponferrada el alto rango de Ciudad; y a sus cerca de 3.000 súbditos el de ciudadanos, en lugar de villanos. Aunque sin planes de urbanismo.
Pongamos que hablo de la empresa Endesa, cuando su desembarco en 1945 contribuye a cambiar la estructura urbana, demográfica y económica del municipio de Ponferrada: cerca de 20.000 habitantes. Cuánta obra realizada en pocos años; qué cantidad de negros humos, carbonilla y ceniza expulsaban sus chimeneas al amparo del Caudillo por la gracia de Dios. También, a ritmo militar, presas, embalses, canales...Y cual gran hermano, el Edificio de Mandos (atención a la palabra Mandos): seis soberbias plantas, casi 1.000 m2 por planta, fachada de granito estilo escurialense adosada a grandes naves de alternadores y calderas. A la vera, el paternalista poblado autárquico de corte falangista: envidia de MSP, Ponferrada y el Bierzo. Por fin, la gran Central de Cubillos, pero con menos malos humos. Todo eso –hecho con ahorro forzoso de españoles sobrevivientes a la Guerra Civil y purga ideológica– pasó por arte de magia neoliberal a manos privadas. El Edificio mencionado a las del Ayuntamiento; después, como la zarza morena, de mano en mano pasó al Ciuden para busca y captura de CO2: que nadie sabe bien cómo ni dónde encerrarlo para que no escape. En manos de Ciuden, este invierte unos mil millones de antiguas pesetas en poner el Edificio mejor de lo que ya estaba: o sea, más que suficiente para capturar todo CO2 que anda por el mundo a su aire. Pero de esos gastos, estrategia, estructura humana y empresarial hablaré otro día: ahora no cabe.
Casi olvido que tal día como ayer, hace 100 años, el joven Borbón de guardia, Alfonso XIII, concede a la Villa de Ponferrada el alto rango de Ciudad; y a sus cerca de 3.000 súbditos el de ciudadanos, en lugar de villanos. Aunque sin planes de urbanismo.
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