Monday, March 19, 2007

EL TROPISMO NACIONAL

El Mundo/ La Crónica de León/ Viernes, 2-03-2007
El Tropismo Nacional
José Luis García Herrero
No sé si todo este país, medio país, la cuarta parte o sólo una pequeña parte está metido hasta las orejas consistoriales en embrollos urbanísticos. A la espera de saberlo con cuentagotas mediáticas, uno se limita a ver la viga en ojo lejano y la paja en el próximo, y viceversa. Pues aparte de suelo, ladrillo, hipoteca y corrupción engarzados, hay otras cavilaciones sociales: el terror agazapado, la violencia doméstica, escolar, callejera, el cambio climático, la gripe aviar, el asteroide Apofis, la Faes…Además sólo faltan tres meses para el primaveral 27 de mayo, cuando con el sayo aún puesto volverán las golondrinas de las elecciones municipales a 8.108 municipios de España, a 13 de 17 comunidades autónomas, a no sé cuántos cabildos, consejos insulares, de Navarra, del Valle de Arán, Forales…Hay tiempo de sobra, pero los partidos políticos no paran de prometer por sus santos vivos o muertos las más apetecibles inversiones y bienes a cambio del voto esquivo. Son tantas las frases hechas y cosas prometidas anotadas en los papeles, que hoy toca recuperar algunas del señor Rajoy. El cual afirma firme el ademán que quiere «Restablecer la idea de España, devolver a nuestro país la sensatez perdida a todos los niveles, defender una nación en positivo», aunque no explica adonde ha ido a parar la perdida sensatez ni el polo positivo extraviado. Entonces, ¿por qué quiere todo eso? Se responde a sí mismo mirando fijamente los posos de su café: «La mayoría de los españoles no son ni del Pp ni del Psoe, viven al margen de las siglas, huyen de las etiquetas, la gente no quiere memorias históricas ni laicismos ni alianzas de civilizaciones». -Ni gaitas, piensa uno-. La gente, insiste él, «quiere que le den respuesta a sus problemas de personas normales». ¿Y quién dará respuesta a esas raras personas? Está claro: el señor Rajoy. Porque el Pp y sus nada menos que 608 medidas es «El centro político de este país, la alternativa que necesita España». Claro está, siempre que sea al margen de ideas políticas, como aquel de los cuarenta años sin ideas recomendara: «Haga como yo, no se meta en política».
Por si vinieran de nuevo a salvarnos, se me ocurre que acaso sería necesario rebautizar algunas calles de La Rosaleda -aparte de la Manuel Fraga, ya puesta- con otros nombres de la memoria histórica políticamente correcta, que hoy no cito por si las moscas. Entretanto, verbi gratia: calles o grandes alamedas para Mariano Rajoy, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes, José María Aznar, Ana Pastor, Arias Cañete, Ignacio Astarloa, Gabriel Elgorriaga, Esperanza Aguirre, Jaime Mayor, Alvarez del Manzano y así…Incluso, porqué no, una calle especial con micrófono y escapulario para Jiménez Losantos.
Parafraseando a Lope de Vega, digo: «Ya estoy en el final, y aun sospecho / que voy estos renglones terminando / mirad si son conformes, y está hecho».

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