La Crónica de León/ 06-06-2012
José Luis García Herrero
Una librería de Ponferrada está haciendo un curioso
experimento para medir el interés por la lectura, y cada día saca a la calle
una mesa con libros de todos los géneros a bajo precio. Durante horas los
ejemplares permanecen en la calle, expuestos a su suerte, sin vigilancia.
Cuando el librero recoge, ¡oh sorpresa!, allí siguen todos los libros
aburridos, tendidos al sol. Por increíble que parezca nadie hojea, compra ni
roba uno, porque pedir tal osadía es pedir demasiado, después hay que leerlo y
eso es tarea complicada. Un paseante comenta en voz alta: “Pues podían dejar en
la mesa billetes de 50 euros, eso sí lo cogeríamos”. -¡Sí, señor! -pensó el
librero, a punto de caer en el desánimo -a eso se le llama amor al papel
impreso con valor mercantil.
Los libros son esenciales en una sociedad
desarrollada, pero parece ser que los ladrones roban siempre lo “superfluo”,
nunca lo “esencial”. Es por lo demás lógico: todo mezquino robador es siempre
un ciego insensible que sólo queda atrapado por lo que brilla de forma
ostentosa. El turbulento mundo actual está lleno (desbordado más bien) de
eficaces ladrones (financieros, políticos, asesores, hijos “de…”) amantes del
dinero por encima de todo y de todos; en particular, por encima del goce y el
enriquecimiento personal que procura la lectura de un buen libro. Y es que hay
una especie de infección, un contagio en la sociedad fracasada e incapacitada
para desarrollar la cultura del esfuerzo y valores tan necesarios como la lectura.
Una sociedad gravemente enferma que prima el conseguir dinero con el menor
esfuerzo posible.
En tanto, políticos mentirosos, banqueros infames e
insaciables, se frotan las manos y afilan los dientes, dispuestos a
aprovecharse de la incultura y del miedo general reinante, para dominar el
mundo. Aunque el concepto de dominación global ha sido siempre un tema popular
en historia y la ficción, ya hay rumores de que la crisis actual es un teatro
inventado por una organización secreta con el propósito de derrotar a los
gobiernos y reinos del mundo, y sustituirlos por un gobierno mundial. Un
panorama que asusta. Miedo, mucho miedo da... ¿Volverán los Illuminati, cual
oscuras golondrinas, sus metas y creencias a colgar?
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