Friday, April 06, 2012

Rascayú o el arte de Sostenella y no Enmendalla

La Crónica de León/ 11-04-2012
José Luis García Herrero
No sé si la frase del título viene del Quijote, o es una más de las frases populares, pero sé que viene como anillo al dedo papal para un registrador de la propiedad que estuvo en Villafranca del Bierzo, y que nunca pensó que llegaría a ser presidente del Gobierno de España. De todos modos, los entendidos suelen decir que “Sostenella y no enmendalla" era la fórmula con la que creían mantener su honor los hidalgos españoles del Siglo de Oro.
En este tiempo de líos financieros y errores mayúsculos, las decisiones políticas están llenas de esa actitud chulesca; pues rectificar cuesta mucho, y puede suponer que otros partidos tengan la razón. Por eso en este País en crisis y casi intervenido somos dados al sostenella y no enmendalla. Como paradigma de esta tozudez está haciendo estragos la Reforma Laboral, que totalmente en contra de cuando tocaba prometer electoralmente el oro del moro, resulta que pocos días después ni oro ni moro, sino más paro, más cara la vida, más barato el despido, más subida de impuestos, excepto para los más ricos y sinvergüenzas, pues esos impuestos son minorados trampeando escalas tributarias, incluso premiando el dinero negro evadido a paraísos fiscales, además de ajustes que en realidad son pérdida de empleos y reducción de inversiones en servicios sociales. El macabro resultado es que este País es más pobre, y el diferencial entre ricos y pobres aún mayor. Todo esto y lo por venir llegará; a no ser que una catarsis social lo remedie, lo cual está produciendo que el País se empobrezca más a costa del sufrimiento de la población más modesta, mientras se facilitan rescates a las grandes instituciones financieras, culpables de una crisis sometida a los engranajes políticos de la vieja Europa. Este desastre y pérdida de soberanía me ha hecho recordar, quizá porque empieza con R de Rajoy, una vieja canción llamada Rasacayú, que durante los años 50 y 70 se oía con frecuencia.Quisiera no olvidarme del genial Antonio Mingote. A ver si cuando Rajoy deje de ser presidente hace suya la frase de Mingote: “Perdonadme, no lo volveré a hacer”. Ojalá sea así, aunque demasiado tarde para un País metido en un cacao de padre y muy señor mío.

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