Friday, September 01, 2006

COUSAS DE DEUS

El Mundo-La Crónica de León/ viernes 1-09-06

JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERO

Cousas de Deus

Los hechos que pasan en los universos todos de la relatividad, así en la tierra como en el cielo, no los propone y dispone Dios: todos no. Pero pudiendo -Dios todo lo puede- tampoco lo impide ni modifica ni atempera ni nada. Es que Dios hace tiempo que dejó las cosas de este mundo a su aire y evento circunstancial, después ya se verá, aviados vais: tal vez se dijo. Por tanto da lo mismo; o sea, que todo lo que puede suceder, sucede; y lo que es, es, pues pudiendo impedirlo no lo impide: sea bienaventuranza a tope o calamidad a mogollón; afecte a pocos o muchos; a ricos o pobres; a buenos o malos. De aquí que alguna mala lengua haya propalado desde tiempos de Maricastaña, de sarracenos y del nihilismo, eso de: «Dios esta con los malos / cuando son más que los buenos». Lo cual, aunque excesivo, parece comprobado a lo largo, ancho y alto de los hechos felices y oscuros, de abundancia y gloria, de plagas y pestes: tal está en los santos libros.
Por ejemplo, ahora uno piensa mucho en la mítica 'Galaecia': abrasada adrede, aposta, sin querer, patológica, estúpida, tácticamente calcinada en una parte de su geografía física, vegetal y animal. Y como el Uno y Trino de la casa pasa de fuegos y agua, piensa en los dioses de la mitología celta: pero nada, más de lo mismo. Embebecidos en sus cosas, entre nubes y cirios, premios celestes y castigos infernales, por esta vez no son los que derramaron sobre los humanos el fuego accidental y criminal, ni furiosos vientos y atroz sequía. Pero tampoco lo impidieron, pudiendo. Así fue como manga por hombro todo ardió sin pausa, llevándose por delante árboles y cultivos y casas y vidas humanas y animales inocentes, dejando un rastro tiznado como el infierno de Dante o aquel que Curros Enríquez versificó en «O divino sainete». Cuando el desastre sin lluvia mitigante 'consummatum es' y el suelo por fuera y por dentro ardiente; cuando el canto de la vida huyó y un silencio de pena y muerte estremeció el paisaje desolado, sólo entonces cayó el maná balsámico, la lluvia deseada, el apagafuegos celestial. Antes, ni una gota, cuando el que todo puede no quiso y los que poco pueden más lo necesitaban. Los mismos que ahora miran con pavor al cielo casi pidiendo en procesión laica que llueva lo justo, poco y suave: no fiera tormenta que arrastre otra marea negra de tierra adentro sobre la mar convaleciente del Prestige.
Cuenta Curros Enríquez en su «Aires d'a miña terra», al inicio del largo poema «Mirand' ó chau», que «Dios, non atopando / cousa en qu' entreterse / farto de' estar solo / cavilando sempre / en forxar cadeas / traballos e pestes; / a razon buscando / y-a causa en que pende / que tan poucas almas / pol-as portas ll'entren, / d'o seu paradiso / deixand' os verxeles, / saléu de apaseo». Cómo sería lo que Dios vio por estos mundos, que exclamó: «S'eu fixen tal mundo / q'o demo me leve». Ah, me olvidaba: felices fiestas.
El Mundo- La crónica de León/ viernes, 08 de septiembre de 2006

JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERO

Bingos urbanísticos

Suponga, amable lector, que hereda una finca rústica de cuando sus antepasados eran labriegos, después empleados en la ciudad desparramada, tentacular y oscura. Que la supuesta finca es un campo de hierbajos, piedras y lagartijas huérfanas al sol: unos 640 cuartales, 160 fanegas, unos 80.000 metros cuadrados de hoy. Que está justo en el borde urbano, allí donde regresa el campo, el aire y los grillos del atardecer. Siga imaginando que tiene agarraderas políticas en un espacio-tiempo de ringorrangos urbanísticos. -Oye, a ver si me recalificas una finca que tengo ahí cerca, en las afueras, pues quiero montar un negocio artesanal de botijos, boinas y alpargatas: de interés turístico, vamos. -Dalo por hecho, responde el prócer, complacido con la castiza idea de recuperar tradiciones de nuestros mayores. Sin más, el suelo rústico pasa a urbanizable: ideal para edificar unos cientos de viviendas. Sólo queda constituir hipoteca sobre la renta anticipada del suelo recalificado, vender viviendas, hacer frente a los flecos y realizar el asunto de marras: por supuesto ecológico, sostenible y compatible con lo que sea. Operación frecuente con nuestra legislación del suelo -única en el mundo- la cual facilita el milagro de pegar un buen pelotazo sin apenas inversión propia. Porque en el mercado inmobiliario-especulativo el precio del suelo no determina el precio de la vivienda; al contrario, el de la vivienda determina el precio del suelo y, por tanto, la obtención de fuertes plusvalías generadas por su recalificación y revalorización 'ad hoc'.
Por acá y acullá del espacio urbano ponferradino, sin supuesto alguno, es fácil encontrar acciones urbanísticas salidas de la nada que, con pretexto más o menos de interés general, se transforman a mayor gloria y provecho de sólo una parte, gracias al novísimo PGOU y su brazo inmobiliario Pongesur. Porque el blanco papel lo mismo admite 5.000 que 34.000 y pico nuevas viviendas con sus procreadores habitantes (creced y multiplicaos por tres). O sea, mucho más suelo del necesario para el crecimiento demográfico de la población. Pese a lo cual el precio del suelo no cesa de crecer y el de la vivienda también.
Ante tales prodigios espaciales, tanto estadísticos como financieros, sólo cabe proponer sendos Oscar de Oro para cada uno de los artistas, magos o lo que sean los astutos artífices de un 'planning' que igual se estira que se encoge, dice un refrán. Mejor aún: en lugar de amagar y hablar de «agentes inmobiliarios-especuladores al servicio de apellidos ilustres» y de acciones urbanísticas «ilegales que favorecen a ciertas empresas», (lo cual no es un imposible), que la oposición sentada y la de sala espera (caso PSOE, IU y otros) investigue y ponga en la palestra ciudadana y ante tribunales de justicia a los presuntos implicados. Sumisión o luz y taquígrafos.

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